Previous Page  315 / 524 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 315 / 524 Next Page
Page Background

CVAPÍTULO XXIV l

307' '

"todos estaban

obligados ~

a creer

y

confesar que las deter–

minaciones del Santo .Tribunal son conformes

y

justas."

Fr. Juan Ventura de Aldecoa, natural de Bilbao, mer–

cader de Potosí, denunciado de que conversando ' en el

claustro de la Merced de Sevilla, se había sostenido en

que los Inquisidores habian procedido con pasion en la cau–

sa del padre Ulloa, no sabiendo siquiera lo ·que era de su

obligacion. Con este motivo se le previno, una vez que fué

reducid~

a prision, que las causas del Santo 'Oficio se se- /

guian con toda independencia, sin pasion ni odio, i que

sus resoluciones se debian venerar, por ser siempre arre- .

gladas a lo que constaba del sumario, ·estando prohibido a

los particulares abrir

discu~ion

sobre los motivos de dichas

sentencias; concluyendo por condenarle a que para en–

mie~da

en lo futuro, abjurase

de levi

i pagase quinientos

pesos de

multa~

En este tiempo se fallaron tambien las causas de · los

secuaces del padre Ulloa, Urnanzoro, las Gonzalez, Mu–

guerga, la Villanueva, la Flores,

i

Cristóbal Sanchez o

Guimaraes, de que daremos cuenta por estenso al tratar

de la Inqusicion de Chile.

A principios de

1737

el Tribunal remitió

<;t

España la

causa de Pedro de Zubieta, canónigo de la catedral de

I.Jima, 11pues siendo persona egréjia, por lo tocante a la

dignidad que obtiene, decian los Inquisidores, nos ha pa–

recido.no

proceder en ella hasta consultar con·V.

A."

El reo se denunció en

30

de enero de

1737,

diciendo

ser natural de Lima, de edad de cincuenta

i

tres años,

·i

· de que siendo .cura de la doctrina de Chiquian, habia co–

menzadG> a confesar a doña Lorenza de Fuentes, relijiosa

profesa del monasterio de la Concepcion, ministerio en

que se habia ocupado durante cuatro o cinco meses, oyén–

dola cada quince dias

i

a veces cada ocho. Que habieüdo

tenido que ausentarse, le escribió algunas cartas, i .a su

regreso 11habia tenido con ella grandísimas conversaciones

amorosas

y

deshonestas en el confesonario;" i que no con–

tento 90n ésto, de comun acuerdo, habían abandonado

para el intento el confesonario i seguido sus charlas en el

locutorio.

·

La monja, que por su parte entró tambien en escrúpu-