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LA INQUISICION DE LIMA

en la batalla de Almansa, i que una vez en libertad, babia

pasado al Brasil, Buenos Aires i Lima, por la vía de Chi–

le. Votado a tormento i cuando ya iba a ser puesto en la

maneuerda, se descubrió que tenia una gran hernia, lo

que si bien le permitió escapar de la tortura por el peli–

gro en que su vida podía hallarse, no le libró de las ab–

juraciones de estilo i de recibir doscientos azotes.

JV[aria Antonia, negra criolla, esclava, que invocaba al

diablo valiéndose de muñecos, i guardaba un cuernecito

de chibato, creyendo que tenia la virtud de impedir que

su amante cayese en brazos de otra, hechos que fueron ca–

lificados de heréticos i de que arguian pacto espreso con

el demonio, i que por lo tanto, constituían a la reo vehe–

mentemente sospechosa en la fe, lo cual le valió que se le

aplicasen no pocos azotes.

José Calvo, tambien negro criollo, que se ejercitaba en

varias especies de suertes invocando al diablo cojuelo; Sil–

vestra Molero, alias la china Silvestra, casarla i costurera,

en cuya habitacion se reunian las maestras del arte divi–

natorio i hechiceras.

Catalina Bohorquez, limeña, de veintitres años, que por

haber nacido tuerta i una prima suya mui hermosa, en

venganza de Dios que tal agravio le hiciera, cuando se

confesaba se acusaba solo de los pecados leves, enseñando a

las niñas el arte de pecar a fin de que por su parte ta1nbien

le ofendiesen.

Nicolasa de Cuadros, de cincuenta años, casada en Li–

ma, que se acompañaba de un negro su amante para dar

baños i propinar remedios a los que deseaban obtener

bti"enos sucesos en sus amores; Félix Canelas, que había

sido venitenciado ya dos veces por sortílego, compañero

de la reo antecedente; i Juan Baustista Vera Villavir,encio

por casado dos veces.

N

o habia aun trascurrido un mes desde la celebracion

de este auto cuando moría Ibañez a la edad de sesenta

años.

Apesar de tan repetidas muestras de los castigos que

el Tribunal habja estado decretando en los últimos tiem–

pos, encontraron todavía los ministros material abundan-