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LA INQUISICION DE LIMA
fueron declaradas por los calificadores como formalmente
heréticas,. siendo, en consecuencia, condenado un año
cabal despues de haber sido reducido a prision, a que sa–
liese en auto público, con sambenito de media aspa, abju–
rase
de vehem.enti
i permaneciese algun tiempo recluso en
un convento, i a perder la mitad de sus bienes
7
•
José de la Cruz
y
Coca, alias Márquez y Saavedra, mu–
lato; esclavo del hospital de Santa Ana de Lima i sacris–
tan de su iglesia, soltero, de diezinueve años, que por
haber leido lo que la historia cuenta de Mahoma, concibió
el proyecto de fundar una nueva secta, que debia llamar–
se saaved,rina. Para congraciarse con el demonio i llegar a
tener
el
mismo séquito que el personaje que se babia pro–
puesto por modelo
i
la buena gracia de cierto a dorado tor–
mento, fabricó un muñeco de cera en forma de hombre,
que denominó Febo, que tenia en una mano espada i unas
hilachas carmesíes imitando el fuego, i en la otra un cetro
con una cédula escrita de su mano, que decia: "Satanas,
señor mio, yo, José, me hago tu esclavo desde hoy, con tal
que esta noche os he de ver la cara para suplicaros lo que
congoja mi aln1a, y no fumo hasta vérosla." Puso la figura
en un nicho de la sacristía, y revistiéndose con unas vesti–
duras sacerdotales muy usadas, estuvo incensando al ído–
lo cuatro dias, mañana y tarde, hasta que notando que
un crucifijo estaba jnmediato, le pareció que se 11rendian
las paredes del edificio", con lo que anduvo muy asustado
algunos dias, hasta que volvió nuevamente (como cuando
de lego hacia figuritas de santos en el convento) a fabri–
car otro busto del demonio, colocándolo tambien en la sa–
cristía, donde de rodillas le decia: "amigo Luzbel, ya me
pesa lo que hice en deshacer la figura del ídolo, y ahora me
arrepiento de ello y vuelvo a tí y estaré en tu compañía;
pues que hay amigos en los infiernos, vos lo habeis de ser
mio, con tal que me concedas lo que te pedí la vez pasa–
da, me deis una yerba para andar invisible, y que en cuan–
tas mugeres pusiese los ojos las atraiga a mí, y os daré en
7. El Consejo manifestó en este proceso su estrafieza de que estando
tan vario el reo, no hubiese el Tribunal mandado darle torn1ento sobre
la intencion, a fin de que se asentase en
la
verdad, recomendacion que
ordenaba se tuviese presente en las causas de esta gravedad
i
calidad.