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178

LA INQUISICION DE LIMA

que pareciesen en la Inquisicion, señalándoles término;

y

saliéndose él de su obispado otra vez para Potosí y esta

ciudad, al concilio provincial, dejó escon1ulgados al gober–

nador y a las dichas personas y puesto entredicho

y

cesa–

cion

a divinis,

hasta que saliesen de aquellas provincias a

parecer en este Sancto Oficio . . . .

y

consta por informa–

cion que a algunos que así citó fué porque no le daban

co1nida.

y

caballos. . . . Demas de lo cual, Diego Pedrero

de Trejo, chantre de Tucuman, pareció ante nuestro comi–

sario en la ciudad de la Plata y presentó una

den~nciacion,

que V. S. será servido de mandar ver, porque demas de

lo que hay en ella que pueda calificarse, parece que es

mucha quiebra de este Sancto Oficio."

El Obispo les achacaba a los Inquisidores que podían

-ser sus criados, i ellos le devolvían la frase, contando que

11siendo mozo, vino a esta tierra por grumete,

y

que en

Trujillo del Perú sirvió de curar un caballo,

y

en esta

ciudad, muy poco tiempo ha, sirvió de mozo de tienda a

un mercader, y tambien es muy cierto

y

público que ago–

ra no tiene .mas virtudes de las que eran menester para

aquellos oficios; hízose fraile

y

negociador, y hiciéronle

obispo,

y

lo es el mas peligroso para esta tierra que ha

venido a ella. "

14

El Obispo de Popayan no se hallaba en relaciones mas

cordiales con el comisario del Tribunal. Era éste un Gon–

zalo de Torres, a quien el Prelado conoció en un viaje que

hizo a Arequipa, donde se encontraba de vicario, persua–

díéndole a que con nombrawiento de cura

i

provisor se

fuese a gobernar el obispado en su nombre miéntras du-

14.

Carta

de Ulloa de

23

de febrero de

i583.

La denuncia de Pe–

drero de Trejo contiene once capítulos en·que acusa al obispo, entre

otras iniquidades, de que ccestaba amancebado con una negra suya

i

que estaba parida dél

y

que tambien se echaba con la de otro,

y

que tenia en su casa tabla de juegop> sobre }o cual decía Victoria que

«vivia mejor i mas ·limpiamente que vivió San Pedro

y

San Pablo

y

que los santos del cielo podrian tener ejemplo de su vida

y

le tenían

envidia!))

Todo esto debia parecer mui natural, pues segun declaracion del ba–

chiller Sanchez de Renedo, prestada en

4

de marzo de

1583,

babia oido a

su padre que Victoria era deudo de un Martin

H~rnandez,

quemado en

Granada por judío.