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LA INQUISICION DE LIMA
ministros,
y
que cinco mili pesos que tengo los tengo · de
gastar en la prosecucion desta cabsa, y quando estos no
. bastasen, que tengo de yrme a los n1esones a sustentar–
me de la oebada que echan a los caballos.
"Asimesmo, el susodicho, persistiendo en las dichas
.amenazas, con el ánimo e yntencion dañada que tenia con
el dicho señor virrey y con las ;dichas justicias, tratando
con cierta persona, entre otras cosas, le dixo que bien po–
día tomar cierta capellanfa que él tenia, porque cierto él
se avia de yr a Castilla, aunque bien aviados yremos a
España los que agora vamos, porque nuestros predecesso–
res que an ydo antes de aora, solian llevar barras
y
tejue–
las, y los que agora vamos, llevaremos nuevas de Alema–
nia, por las quales palabras, siendo él como entonces era
comissario deste deste Saneto Officio, clararnente parece
querellas notar e ynfamar de hereges.
nAsimis1no, el dicho G-on9alo Niño queriendo poner en
. efecto su mal ánimo e yntencion, siendo como era comi–
ssario deste Sancto Officio, tomando por instrumento
dé
su bengan9a las insinias, armas
y
cossas de que hussa el
Sancto Officio, ui1 juéves, doze dias del mes de junio des–
te presente año, dia de la Otava del San tíssimo
~Sacra
mento, haciéndose en la dicha ciudad del Cuzco una pro-
-cesion muy solene que se acostumbra a hazer en tal dia
con el Santísimo Sacramento por la pla9a questa delante
de la yglesia mayor, el dicho Gon9alo Niño, a la puerta .
de su posada propia a do era su continua morada
y
abita–
cion, en lugar de un altar que allí se solia poner, él y
otras personas que para ello le devieron dar ayuda e fa–
vor, puso un crucifixo grande tendido en el suelo sobre
unos colchones o tapetes y cubierto. con un tafetan negro
y con cuatro velas de cera verde en sus candeleros muer-
-tas, y en la pared un dosel negro con dos paños a los la–
dos de luto,
y
de la ventana de la dicha casa que caya
sobre el '
crucifi~o,
estava colgado un pendon negro con
una cruz colorada, que todos entendieron
y
dixeron que
era el pendon de el Sancto Officio, en el qual estavan tres
letreros de letra grande que se podía bien leer, que la mas
alta decía: et quis est qui ausus est tan -sancta arcana tan–
gere.
El
segundo,
y
de en medio decía: urequiret Deus; la