CAPÍTT:LO
IX
173
sin licencia de los Inquisidores, ordenándose a los maes–
tres de los navíos que no permitiesen a nadie embarcarse
sin este requisito.
5
Se comenzaban a tomar las jenealojías de los descen–
dientes de condenados i reconciliados, enviándose a España
los denul).cios que obraban contra los que se habían ausen–
tado del país, sin que les valiese el no poder ser habidos,
pues como hubiesen dejado bienes, podían ser castigados
desde luego con su confiscacion.
6
Como los obispos siguiesen atribRyéndose la jurisdic–
cion que ántes del establecimiento del Tribunal tenían en
cosas de fé, viéronse los ministros en la necesidad de de–
fender por todas vías las prerrogativas de su oficio. Así,
en Panamá había acontecido que el Ordinario entendió en
el negocio de un licenciado Farfan, i que despues de muer–
to el reo, el Cabildo sede vacante continuó en su conoci–
miento uhasta consumille toda su hacienda.u
7
El Obispo del Cuzco habia hecho leer en la catedral un
dia domingo del mes de enero de
1578,
un edicto, en que
sin rebozo alguno se atribuía pertenecerle una porcion de
causas que tocaban a la fé;
i
aunque habiendo ido el pre–
lado a Lima, Ulloa
i
Cerezuela le requirieron sobre el
particular, uno obstante, decían, parece que está mas en
lo que hacia.
11
El Dean de Quito, por su parte, escribía que el Obispo se
afirmaba en que el Rei le hacia tambien inquisidor,
i
otro
tanto aseguraba el Arzobispo de Lima, fundando ámbos
estas pretensiones en una cédula que recibieran, datada en
Madrid en
20
de julio de
1574,
en que se les daba aviso
de que en tierras del Delfinado andaban ciertos predica–
dores luteranos, disfrazados, algunos de los cuales se ha–
bían embarcado ya para las Indias,
i
que otro, preso en
Mondovi, afirmaba, estando obstinadísimo en sus errores,
que no llevaría otro dolor, si n1oria, que no poder dar no–
ticia de su relijion en América; por lo cual se les rogaba
i
encargaba que estuviesen mui vijilantes i que con todo
5.
Carta
del Consejo
de 10
de enero de
1589.
6. Véase el caso del licenciado Vallejo en Chile.
7.
Carta
de ]os Inquisidores de último de febrero de 1577.