CAPÍTULO VIII
169
cer apelló della e hi2o cierta proban9a para su descargo,
y
aviéndose concluido en esta segunda ynstancia difiniti–
vamente, se tornó a ver con ordinario
y
consultores, en
conformidad se confirmó la sentencia, coú que no se le die–
ssen los a9otes en esta ciudad: este reo andava retraydo
porque mató un hombre.
nHernando Abarca, labrador, natural de Riba de Sella,
en Asturias, porque yendo con vara de justicia embiado
por un alcalde ordinario a prender a un hombre para
echalle prissiones, en la yglesia dixo que le prendía por
cossas del Sancto Officio, y apellidó gentes diziendo que
llevava recaudos del Sancto Officio. Deste negocio, assi–
mismo, dimos particular relacion a V. S.
y
de cómo esta–
va votado a que saliesse al aucto público en forma de
penitente,
y
desterrado desta ciudad
y
de la del Cuzco
y
sus distritos por dos años,
y
que no lo quebrante so pena
de los cumplir doblados en las galeras, al remo
y
sin suel–
do, la qual sentencia se executó en el aucto público de la
fee.
5 "
Tuvo lugar este auto con la asistencia del virei don
Martin Enriquez, de la .Audiencia, los Cabildos i todo el
pueblo. El Arzobispo, que recibió oportuno aviso, ocho
días ántes, se ausentó a un lugar inmediato a la ciu–
dad,
i
aunque el virei le escribió significándole que se–
mejante proceder parecía mal visto, no regresó. El Obispo
de la Plata/que hacia meses se hallaba en el Callao,
i
que
tambien .tuvo noticia de la fiesta, no pareció tampoco. Por
lo demas, el órden que hubo en la procesion
i
acompaña–
miento fué el mismo que en el auto anterior.
6
5.
Relacion del auto de la fe, etc.
6.
Carta
de los Inquisidores de
19
de marzo de
1582.
\