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INQUISICIÓN DE CHILE
esto el Provincial de Santo Domingo de la provin–
cia de Chile en la Iglesia Mayor, y dijo en el ser–
món que los padres de la Compañía no tenían la
opinión de Santo Tomás) de que no era válida la
confesión en ausencia de confesor, pero que la
opinión contraria de que era válida en caso de ne–
cesidad y artículo de muerte era probable y pía, y
trajo
mu~hos
autores antiguos
y
modernos que la
dan por probable, y que él la tenía por tal, patro–
cinando en las conclusiones. Sintióse mucho de lo
que en su provi.ncia había predicado contra lo que
él defendía, y en otro sermón que hizo, volvió á la
materia de las confesiones en ausencia) y dijo que
era disparate malsonante, escandaloso y temera–
rio decir que eran válidas las dichas confesiones
hechas en ausencia, y que se podían hacer, y que
se espantaba de algunos bachilleres de estómago
que lo alegaban por la dicha opinión, y entre otros
á Paludano y al Papa Andriano, que uno de ellos
tuvo la opinión falsa de comulgar sin confesarse)
sólo con la contrición, como lo tuvieron algunos an–
tiguos, y á su Provincial que decía la misa, que si
no fuera por la reverencia que le debía, que él se
sacudiera muy bien ele esta opinión y de otras;
que no le hiciesen hablar, que era vizcaíno y no
consentía ancas.
«Después de esto un Padre de la Compañía ele
Jesús, predicando en la Iglesia Mayor ele la dicha
ciudad ele Santiago, dijo que si uno estuviese en–
fermo en un pueblo y no hobiese allí sacerdote
con quien confesarse, sino en otro pueblo aparta–
do de donde estaba el enfermo, podría este tal en–
fermo escribir sus pecados en una carta y inviar-