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CAP. XII-NUEVOS PROCESOS

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celes secretas, habiendo llegado

á

fines de 1579,

y

en la primera audiencia, después de la monición,

confesó haber dicho que estando para ajusticiar

á un hombre, que podrfa otro jurar que no había

hecho aquello, por salvarle la vida, y que le pares–

da que aquello era caridad, y lo había dicho sin

mirar en ello . En la segunda audiencia confe-só

que había pedido

á

una india que le declarase si

un hijo suyo que decían se había perdido en la

guerra, si era vivo ó muerto,

y

que lo hizo esto

como pecadora

y

como madre.

Á

la acusación dijo

que algunas veces miraba las rayas de las manos,

pues había oído que el que tiene una raya larga

tiene una vida muy larga, y que ella no sabía cosa

ninguna; y que había rogado á cierto fraile que

casase las indias con sus iguales

y

no con los ne.–

gros, porque los mataban luego , y que lo pidió

porque le habían muerto así diez ó doce negros y

no por impedir el matrimonio; y en cuanto al ser

casada dos veces refirió que siendo niña en Espa–

ña, de edad de cinco ó seis años, le dijo su madre

estando en Sevilla, que la querÍa casar con un man–

cebo, pero que ella no

~e

acordaba si la habían

hombres qne entienden dello, dijo esta reo á uno: «dad acá la mano,

y mirándole la palma della le dijo: «vos habéis d.e saber que. en este

valle os ha de acontecer una cosa muy mala y peligrosa.,

«!ten diciendo á esta reo que por qué consentía hacer á unas in–

dias un baile en que parescía que los que bailaban manitraban con el

diablo, dijo la reo que si se lo estorbaran á las que bailaban, que

cayeran muertas y en efecto murieran.» Esto fué calificado de que

IJarecía ser pacto con el demonio

y

la reo «cómplice dé!.»

«Iten elijo que había hallado en su casa una culebra chiquita que.

la había criado

y

estaba ya muy gr·ande,

é

diciéndola que por qué

no la mataba, elijo la reo: «no la tengo ele matar porque la casa

donde entrase una culebra, si la matan, toda la casa pára en mal.»

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