Previous Page  234 / 462 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 234 / 462 Next Page
Page Background

CAP. VIII-MODO DE PROCEDER DEL SANTO OFICIO

219

Una vez notificada al reo la sentencia, se encar–

gaba á algunos religiosos que fuesen á visitarle á

su prisión para persuadirle que, ya que no podía

escapar de la muerte, tratase de ponerse bien con

Dios. El que hasta el fin se mantenía pertinaz, era

quemado vivo; pero el que daba señales de arre–

pentimiento, lo que frecuentemente sucedía ante

la espectativa del tremendo suplicio, era primero

ahorcado y á continuación quemado su cadáver.

Cuando el penitente había fallecido, ya hemos di-

cil mayor,

á

los dichos Duarte Anríquez,

é

Diego López

é

Gregorio

de Tavares

é

las dichas ocho estátuas, el cual dicho alguacil mayor,

en caballos de enj:dma, llevó

é

mandó llevar

á

los susodichos herejes

al Prado de San Lázarro, con voz de Alonso de la Paz, pregonero

público, que manifestaba sus delictos.

É

en el dicho prado, en los pa–

los que allí estaban, ataron á los susodichos, y allí al dicho Duarte

Anríquez se le dió garrote por P edro Roldán, verdugo, y á los dichos

Diego López

é

Gregorio de Tavares

SE QUEMARON

vrvos,

y

el cuerpo

del dicho Duarte Anríquez se quemó muerto con las dichas ocho es–

tatuas, hasta que se hicieron polvos. Testigos: el capitán Pedro de

Zárate

é

Juan de Birviesca, é Luis Jiménez, é Juan Agustín Corzo y

otras muchas personas, de que todo pasó en mi presencia, de que doy

fé .-Gristóbal de Quezada,

escribano público.

«En otra ejecución que se hizo en 29 días del mes de Octubre de

1581 años de la persona de Juan Berna!, hereje, por luterano perti–

naz, en tiempo de los señores Inquisidores Cerezuela y Ulloa, que le

relajaron en auto público de la fé, dice que estando el alguacil mayor

Ceverino de Torres en el palo para el efecto puesto en el Prado de

San Lázaro, y estando ligado y con mucha leña al rededor y juntos el

padre José de Acosta· y otros padres de la Compañía de Jesús, se le

hizo al dicho Juan Berna! muchas amonestaciones de que creyese en

Dios Nuestro Señor y en todo lo que tiene y cree la Santa l\ladre

Iglesia, con apercibimiento que si ansí lo hiciese se le daría garrote,

é

que no lo haciendo así, le quemaría vivo;

y

el dicho Juan Bernal

muchas veces dijo que ¡:¡o quería,

y,

atento á esto, el dicho alguacil

mayor le mandó pegar fuego,

y

se pegó y ardió y en él el dicho

Juan Berna! hasta que naturalmente murió y quedó hecho polvos.–

Ante Juan Gutiérrez, escribano ptíblico.»