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INQUISICIÓN DE CHILE

Seguíanse todavía otras penas: la vergüenza pú–

blica; los azotes, de que no se escapaban las muje–

res, que los recibían por las calles, desnudas de la

cinturaarriba, montadas en bestia de albarda y á

voz de pregonero; las prohibiciones de usar seda,

subir á caballo, etc.l4

La pena de destierro de las Indias, sumamente

frecuente en el

Tribunal~

se hizo extensiva desde

1595, por disposición de Felipe II, renovada más

tarde por su hijo, á todos los que hubiesen sido

condenados y penitenciados por el Santo Oficio,

mandando fuesen embarcados y que por ningún

cáso se quedasen en América, á no ser por el tiem-·

po que estuviesen cumpliendo las penitencias im–

puestas por el Santo Oficio.15

La durísima de galeras, también generalmente

aplicada por el Tribunal, con la calidad de ser á

remo y sin sueldo, mereció,

igualmente~

particu–

lar recomendación á los reyes, disponiendo que á

14 «Juan de la Parra, natur·al de esa corte, fué preso y sentencia–

do en este Santo Oficio por observante de la ley de Moisés y salió á

auto en el año de

1661...

Después adquirió caudal, se casó y tiene

hijos muchos, con que se fué introduciendo en demasiada ostentación

por sí y su familia, teniendo coche, colgaduras en su casa, andando

siempre á caballo, aunque en mula, que es lo que por acá se acos–

tumbra, vistiendo seda, él, su mujer y todos sus hijos, con los demás

arreos de perlas y diamantes para ellos, que suelen ser ordinarios en

la gente de primera calidad. Con estas demonstraciones y otras, y al_

guna vanidad, dieron ocasión á que el Tribunal tuviese noticia de

todo, y habiendo recibido información de todo y constando ser cierto

y que no había sacado dispensación para nada de lo que estaba pro–

hibido en la sentencia, se le llamó y volvió

á

notificar de nuevo, man–

dándole que la guardase, con ciertos apercibimientos, y se

le

multó

en dos mil pesos corrientes: obedeció luego, sin réplica alguna.

Ca,·–

ta de los Inquisid01·es al Consejo, de

2

de Noviembre de 1672.

15

Leyes de I ndias,

19, tít. 19, libro

l.