170
INQUISICIÓN DE CHILE
todo el orbe, procuren por sí propios ó por otras
personas publicar solemnemente en sus
provincias~
ciudades y obispados esta nuestra constitución ó
el traslado de ella,
y
cuanto en sí fuere, hacerla
guardar, apremiando y compeliendo á cualesquiera
contradictores, por censuras
y
penas eclesiásticas)
pospuesta toda apelación, agravando las censuras
y
penas cuantas veces bien visto les fuere, invo–
cando para ello, si fuere .menester, el auxilio del
brazo seglar, no obstante, cualesquiera constitu–
ciones, ordenaciones apostólicas y cualesquiera
cosas que parecieren ser contrarias. Y queremos
que los traslados de estas nuestras letras sean im–
presos, publicados y sellados por mano del notario
público, ó con el sello de otro cualquiera de la Cu–
ria Eclesiástica ó de algún prelado;
y
los tales
traslados queremos que en cualquier parte
y
lugar
que fueren publicados, hagan tan entera fé y testi–
monio como si el propio original fuera leído
y
pu–
blicado. Iten, rogamos
y
amonestamos á todos los
príncipes de todo el orbe, á los cuales es permitida
la potestad del gladio seglar para venganza de los
malos, y les pedimos, en virtud de la santa fé ca–
tólica que prometieron guardar, que defiendan
y
pongan todo su poderío en dar ayuda
y
socorro á
los dichos ministros en la punición y castigo de
los dichos delitos después de la sentencia de la Igle–
sia; de manera que los tales ministros con el pre–
sidio
y
amparo de ellos, ejecuten el cargo de tan
grande Oficio para gloria del EteTno Dios y aumen–
to de la Religión Cristiana, porque así recibirán
el incomparable inmenso premio que tiene apare–
jado en la compañía de la eterna beatitud para los