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INQUISICIÓN DE CHILE
falta que había de ministros
y
familiares «de cali–
dad
y
aprobación,>>
y
que aún los pocos que apare–
cían sin tacha bajo estos respectos, no usaban
siquiera de las cruces
y
hábitos en los días en que
estaban obligados.
«Materia es ésta aún más considerable de lo que
parece, observaba uno de los sucesores de Mañoz–
ca,
y
de general consecuencia para todas las In–
quisiciones de las Indias, sobre que será forzoso
decir á U. S. lo que siento
y
heprobado con la ex–
periencia ele que en ocurrencias de Méjico he
dado á U. S. algunos avisos:
y
hánse de suponer
dos cosas, ·la primera, que en las fundaciones de
estos Tribunales, para darles ministros
y
familia–
res, se admitieron algunos sin hacerles las pruebas
en las naturalezas de sus padres
y
abuelos de Es–
paña, contentándose los Inquisidores con la buena
opinión que acá se tenía de su limpieza y recibir in–
formación de algunos testigos que deponían de
ella, y aún después acá se ha usado desta liberali–
dad con algunos, y las experiencias han mostrado
que llegando á las naturalezas, se halla diferente
ele lo que acá se probó. La segunda cosa es, que
por ser los distritos de las Inquisiciones tan dila–
tados, los pocos españoles de capa negra que viven
en los lugares distantes
y
puertos de
mar~
y me–
nos los eclesiásticos capaces de ser comisarios, so
acostumbra echar mano de los que hay para la
visita de los navíos y los demás negocios que allí
ocurren, sin darles título en forma, sino una comi–
sión por carta para cstos:efectos, no pudiéndose ésto
excusar, habiéndose de dar cobro á los negocios
del oficio, como quiera que los inconvenientes que