CAP. VII-FUNDACIÓN DEL SANTO OFICIO
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en el Santo Oficio ante los Inquisidores suficiente–
mente castigado, ó que el conocimiento dél no les
pertenece, ni por otra vía, ó cualquier causa ó ra–
rón, á conocer ni conozcan, ni á dar mandamien–
to, cartas, cédulas ó provisiones contra los Inqui–
sidores ó jueces de bienes sobre absolución, alza–
miento de censuras ó entredichos, 6 por otra
causa 6 razón alguna, y dejen proceder libremente
á los Inquisidores, ó jueces ele bienes, conocer y
hacer justicia y no les pongan impedimento 6 es–
torbo en ninguna forma.))
Estaban exentos de pagar sisas
y
repartimientos.
"y mandamos, declaraba el Monarca, á los vire–
yes, presidentes y oidores de nuestras Audiencias
reales de las Indias y otras justicias y personas á
cuyo cargo fuese repartir, empadronar
y
cobrar
cualesquier pechos, sisas y repartimientos y servi–
cios á Nos debidos y pertenecientes,
y
en otra cual–
quier forma, que no los repartan, pidan, ni cobren
de los oficiales de. la Santa Inquisición, entretan–
to que tuviesen y sirviesen estos oficios, y les guar–
den y hagan guardar las honras y excempciones
que se guardan á los oficiales de las Inquisiciones
ele estos reinos, por razón de los dichos oficios,
pena de la nuestra merced y de mil ducados para
nuestra Cámara.))I2 Alguno de los Vireyes se olvi–
dó más tarde de esta disposición y obtuvo que para
un donativo contribuyese con cierta suma uno de
los Inquisidores, lo que le valió á éste una repri–
menda del Consejo y una advertencia de que para
lo futuro los ministros del Tribunal se abstuviesen
de concurrir á semejantes contribuciones.
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Ley
2,
tit.
liX, lib. I de I nclias .