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LA IKQUISICIÓN
Santo Oficio, juzgando al reo veh.ementemont.e sos–
pechoso en la fe
y
en la herejía do Lutero) Calvino.
E taba
ya
conseguido así el peimer paso exigido
en las
instrucciof) o~
para la prisión del delincuente;
faltal.Jasólo llamar consultores, que lo fueron el deán
D. Jo_
é
Millán do Poblete, el canr'migo don Francisco
Pizarro de Orellana, 1 licenciado don Manuel Suá–
roz de Olivera, procesado luego por juclio, «atento
no había otro desembarado,>)
12
que el mismo dia 6
de Octubre
y
el
iguie nte del en que fucl'On llama–
dos, daban s u parecer de que se pocha proceder á la
pri.. iún , pue concurrían el e sobra las tres condicio–
nes estatuidas en el cód igo ele procedimientos de la
lnqu isición.
.
Una ele esta era, como hemos dicho, la ele la fuga:
«léngolo por. u puesto c-oloreado, expresaba ot·suce–
sor de SaLcedo, don Manuel do León, re pocto de que
habi endo h ec ho exacta::-; diligencia y tomado dife–
rente
inforrn Qs secretos
el e la, personas do más
cuenta, virtud
é
inclo1Jendencia que hay aqni para
saber lo con tante ele e;:;te particular
y
dar cuenta
(como la doy de. todo
á
S.
l\I.)
no hallo que haya
funclnrn ento para pro. umir tal fu ga, antés bien
F1;. Diego de San Román y Fr. José de Yusi, dominicos: y los jesui–
tas Juan de Landa, Francisco Salgado
y
Tiburcio de Cifuentes.
12.
D. Diego de Cartagena Pantoja
~ervia
de consultordelSanto Ofi–
cio t:n i\lanila. mas como no era de los enemigos del Gobernador, no
fu é llamado á la consulta. Salcedo cuando
fu.é
preso io· eligiú por
su abogado, pero el comisario no quiso darle perm\so para aceptar
la defensa. Con este moti\·o expresaba después Cartagena Pantoja:
«Yo fui nombrado consult0r en estas Islas, por Jos señ0res Inquisi–
dores de la Nueva España. ¡Gloria á Dios! 119 supe n.i
intervine en
¡a prisión del dicho maestre de campQ> ni jámá diera mi voto para
nna .cosa tan irregi.Ilar.» Carta al Inquisidor General, sin fecha.