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LAS ISL.\.S FILIPI:-IAS
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pero era ya tarde ...
No
faltaron, sin embargo, en esa
ocasión, amigos oficiosos que anunciasen á Salcedo
la tormenta que -se estaba preparando contra él en
vista de lo que se obraba en México; pero no quiso
hacer caso de semejantes adYertcncias
y
seguro de
sn poder y con el puesto de que se hallaba im·estido,
se dejó estar en medio de la. turba ele c1widiosos
y
de
enemigos cncarnizados.quc Jo rodeaba.
:Más aún: la misma H.oina. le había dirigido una
real cédula manifestándole la noticias con que se ha–
llaba acerca ele
~u
poca atención
á
los prebentlüdos
<le· la catedral y otras incidencia , «ele lo que so cono–
ce, le decía., el poco afecto que tenéis a todo lo ccle–
siastico, pues faltais a la asistencia del culto diYino
y
fiestas ele tabla., asi do la Catedral como do las
Roligione~,
sin estar impedido por falta de salud, a
cuyo oxomplo ::;e excusan los oidores, Cabildo
y
He–
gimionto; y se os ad\·ierte, concluía. el soberano,
cumpláis on esta. parte con vuestra obligación
y
ofi–
cio, sin
~lar
este mal ejemplo, por sor tan importante
y
necesaria la a istencia
y
Yeneración al culto di vino
en esas provincias por los muchos ittfieles que los
asisten y roclean.>>
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No
puedo, pues, caber eluda ele que el Comi–
sario, instigado por los que le rodeaban, tenía ya
resuelto proceder
á
dar el golpe preparado desde
tanto tiempo atrás contra el Gobemador. Al intento
poner su responsabilidad
á
salvo, lo cual no puede deducirse
d~
sus
órdenes á Palernina. Además. esta orden la e>'cribieron en Marzo de
r66g, mucho tiempo después de hallarse con las instrucciones del
Consejo.
I.
Real cédula de rr de
~oviembre
de r666.