EN LAS ISLAS FILIPINAS
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frecuencia ele sacramentos, ni se sabe confiese y
comulgue, sinó es para cumplir con la Iglesia
y
Se–
roana Sancta; sermón no le oye, y teniéndole la
B.cal Audiencia en su capilla los mi ércoles y viernes
.ele la.s cuaresmas, no se probará. ha oído ni siquiera
uno ... )) '
Junto con esta carta del Prelado recibiero n los
Inquisidores otra del c9misari.o Pa.ternina dándoles
cuenta del Yiaje simulado que, con licencia del Go–
bierno, babia hecho
á
BataYia una naYe que
á
su
regreso vol\'ió cargada ele mercaderías y tripulada
por holand eses, como sor el piloto, bereje calYinisla,
y
que tres ele ellos se habían quedado al servicio
{]el Gobernador, uno hortelano, otro cocin ero-y el
mayordomo, ele los cuales, al menos el
primero~
era conocida.mente luterano . nefería la. mala am is–
tad de Salcedo con una mujer casada,
y
que en ge–
neral todas s us acciones lo hacían sospechoso de
poco ca.tólico .2
.
Con vista ele estos antedentes, mandó el T ribu nal
que el comisario que tenía en
\..ca.pulco procediese
con todo secreto á. recibir informació n ele Jos tripu–
lantes y pasa.geros llegados do Filipinas sobre los
hechos cl cnunciaclos .3 Hizolo así, en efecto, el dele–
gado del Tribunal,
y
mientras se ejecutaba, Orle- ·
ga. l\Iont.aiiés recibió recado del Yirrey Marqués ele
lviancera, rogándole que pasa e á. palacio. En la con–
ferencia que ambos celebraron, comenzó el Virrey
por man ifestar que en las carlas que había recibido-
r .
Carta de
20
de Junio de
r666.
2.
Carta de
5
de Junio de
1666.
3.
Decreto de
1r
de Febrero
1667.