EN EL RÍO DE LA PLATA
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mayor parte individuos del pueblo, servían hasta en
los monasterios y conventos: á tal punto que casi no
se presentaba enfermo en la. ciudad que ,.no atribu–
yese sus dolencias á efectos de algún maleficio. Era
cierto que el Comisario del Santo Oficio en aquellas
partes había levantado informaciones contra algunos,
las cuales, remitidas á Lima, habían quedado sin
curso; y como los jueces reales estaban inhibidos
para proceder á su castigo, en virtud de las leyes del
reino, se les veía así tan insolentes, que «sin recato,
ni mucha cautela, usan de sus hechizos, cuyo pacto
(con el demonio) se sabe por ellos mish1os.>>
1
En Septiembre de
1785
el comisario de Córdoba
don·Pedro José Gutiérrez &nunció al
Tribu~al
tener
preso y asegurado con grillos, esposas y trancajo,
por temor de que se escapase, y en un calabozo sub–
terráneo, á un fray Fólix
Andr~s
Vellerche de Agui...
rre, religioso profeso de San Francisco, de edad de
veintinueve años, que le había enviado el virrey
Marqués ele Sobremonte como autor de ccvarias teme–
rarias resoluciones».
Luego que el Tribui1a.l tuvo noticia de tan insólito
proceder, ordenó inmediatamente al Comisario que
entregase al reo al prelado del convento de su Orden,
encargándole practicase varias diligencias y la re–
misión de aquél al Tribunal.
En estas circunstancias, Vellerche escribió una
carta al Comisario, pidiendo misericordia dé sus cl,e–
litos, que consistían, según él, en haber celebrado
misa en diez ocasiones sin ser sacerdote,
y
predicado
un sermón al pueblo de la Punta. Llegó Villerche,
1.
Memorial de
7
de Octubre de
17S2.
Arrascaeta tenia entonces
40
afios,
y
habla nacido en Córdoba, donde vivía su familia. Véase su
Memonal
entre los Documentos.
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