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LA INQUISICIÓN
por don Antonio Ortiz multitud de libros que creía
contenían pasajes digños de censura, inclusos los
Epistolarios,
donde la juventud encontraba modelos
para escribir·. sus cartas de amor.
Uno de los libros que por ese entonces pretendió
detenerse fué la
f!estmcción de las Indias Cfcciden._
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del P. Las Casas; que estaba prohibido, cuyo
dueño logró conservarlo merced á un error que se
· notaba en el expurgatorio.
J>ero .no se perseguía sólo á los libros. Entre los
rollos de papel pintado que por e$e entonces llegaban
ya en ·abundancia á Buenos Aires, solían venir al...,
gun<?S con
~g-uras
paganas, ya un Hércules, ya una
Venus, que había que quitar. «He tenido que hacer–
los menudos pedazos, decía Ortiz, pues
a
juicio de
más de un sugeto docto, no podían tolerarse, ya por
sus alusiones
y
ya por su desnudez: particularmen–
te una, al parecer Venus, estaba intolerable.>) <<En
otros papeles pintados que han venido de Barcelona,
añadía, he visto y recogido horror de figurillas y
alusiones que me parece pueden causar ruina espiri–
tual. Tal es vno donde al parecer se representa el
g:lobo terráqueo rodeadv de flores y una figura, al
parecer Cupido, que vuela sobre él con un mechón
(sic)
encendido, que, según parece, va á abrasarlo en
su impuro fuego.>)
1
Pero poco después comenzaba á dar al Comisario
más cuidado la aparición en Buenos Aires de una
con la \iiferencia de que en esa ocasión se negaron los oficiales rea–
les
á
entregar los libros, alegando que pertenecían al Rey y que asl
no podían defraudar
á
la hacienda rea
i.
Se vendieron con Jos demás
en almoneda pública á cierto mercader que Jos despachó al Perú.
1.
Carta de don Antonio Ortiz al doctor don Joaquín Castellot,
Buenos Aires,
3J
de Diciembre de 1796.
'