EN CARTAGEN .\. DE INDIAS
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la
llore el corazón) y no sólo para ·és ta smo para
todas las semejantes causas tienr, al di cho religioso
.á
su beneplácito, y negándose al de sus prelados,
-conque no pueden remediar cosa tan irreligiosa
y
nefanda. Esta amistad que con el el icho hombre
tien e Ja con serva con favores inj ustos, en da í'í.o muy ·
notabl e de terceras person as, dejados aparte otros
muchos: díga1o éste que está corriendo sangre.
Quebró en esta ciudad un mercader co n g rai1 suma
de ducados, (la fatli a es qu e se alzó con ellos); hu–
bieron de vender.3e unas casas del dicbo mercader
que le habían costado d·e í; y
o ~ho
.mil pesos (y los
valen bi en validos y aún veinte mill);·quisolas com–
prar este ami go del dicho in quisidor
y
púsolas en
doce milt y para que nadi e se atreviera á puj adas
derrama el ·dicbo in quisidor voz por la ciuchicl que
aquel negocio era suyo, y porque tardaban en re–
n1atarlas más de lo que él quisiera, llamó al escri–
bano y díj ole: e<qu é
ha~e
vuestru merced qu e no
remata esas casas .)) Respondió: ccseíior, dándose
van los pregones según la ley, rematarse lup1 maña–
na.)) No ha de ser (dijo él) sinó esta tarde; vaya vues–
tra merced, y al punto se rematen. Es tando para
:arrematadas , llegó un hombre ele bien para haber–
las de pujar la postura . Díjole el escribano: e<qu é hace
·vuestra
merced~
Mire que están por el inquisid01,
Mafí ozca.)) Oído esto, estrañó el modo y dijo: ¿están
por el
inqui sidor~
Pu es qué modo es este de .dejar
1ibre el almoneda. Es to es así (dijo el escribano)
y
vuestra merced mire lo que hace, que si las puja,
no·
'Saldrá bien de ello.)) Con esto el hombre se encogió
·de hombros, y así la hacienda fué defraudada en
una.