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LA INQUISICIÓN
h abí a afrentado
á
la hija de otro muy principal
y
muy cuantioso, por lo cual ella quedó perdida, la
c ual quedara sin duela honrada
y
ca ada con el di–
cho hombre si el dicho inquisidor no se h ubiera
.entrado
á
contradecirlo,
y
demá
de la· dád ivas,
-en agradecimiento al
f<:Lvor que hi:to
al ofensor,
casó una sobrina eon un mancebo muy que rido
del dicho inquisidor. Queriendo la ju ticia deste–
rrar
á
u n desacatado á ella,
le amparó en su
casa á él
y
á
su baciencla
y
dijo no tratasen de des te–
rrarlo, porque cuando de otra ucrtc no pudiese es–
torbarlo, lo había dé lwcer por tribunal, alegando
era importante para 61. No son reducibles
á
número
las cosas de es te jaez d 1 sobredicho inquisido r:
aquí quiero hacer período por no can ar más
á
V .
l\í .,
a6rmándole que
non
egt
malem in
cioitate
quod nom perveniat per ip!)um .
Porque, como elij e,
tiénenle los malos por asi lo y ciudad ele su refugio:
así le ll aman
h
Ginebra, la Hochela, las montaDas
donde se acogen los foragiclos,
y
lo dice má ele al–
g unas veces, muy sin melindre, que los malos le
han menes ter á ól, porque los buenos ell os se es–
tán defendidos : esto bace un ministro• ele S . M.
que tiene puesto por c.olu mna ele
la fe, en lugar de
los Pochos Már tires,
l o ~
Capistramo , lo J ácomes
de la Marca, etc............................. ... .. .. .... ... .. .. .. .
...c<l-Iace el dicho inquisidor muy particular ami s–
tad á un hombre ele bien ele esta ciudad, que está
.en tal predicamen to,
y
esta es por la que tiene el es–
h onesta con su muj er, para cuya ejecución u sa de
Ja tercería de un reli gioso de la orden del glo–
ri oso padre Sancto Domingo (cosa dig na el e que