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L.\..

INQUISICIÓN

gran cantidad. ·Trata luego de hacer favor al mer–

cader alzado ó quebrado; va llamando

á

los enco–

menderos de las partes, y pidiéndoles se contenten

con una muy pequeña, que

á

cada uno les alcan–

zaba de lo poco que el mercader había manifestado,

obligándoles á ello con temo'r y amenazas de su in–

dignación, los cuales, temiéndole, · no osan hacer

otra cosa, y á uno que resistía, ll amado Ni_colás de

los Reyes (que en esl.a sazón va á osa corte), le dice

que haga lo que le pide, si no quiere tenede por ene–

migo, con que

le

obliga, por no exponerse

á

mayores

daños, á hacer u no muy grande á su encomen–

dero; y de esta suerte lo hizo el dicho inquisidor

á

diversas personas, en más de sesenta mil duca–

dos.

«Tuvo aquí trato deshon esto, con muy grande es–

cándalo, con una'.doncella; casóse después y sintiendo

el marido su deshonor, qnísola sacar de la tierra

y

llevarla

á

Santa Fe,

de :~

donde él era natural. Re–

sistióle el dicho inquisidor con

toda fuerza

. pot~

muchos días; fingiendo al fin el marido que la lle–

vaba á una estancia á holgarse, cogió con ella con

este disimulo, y púsose en camino para Santa Fe.

Sabido · por el dicho inquisidor, hizo tanta dili–

gencia y fuerza con gente de armas, que se la qui–

taron al marido y la Yolvieron

á

esta ciudad; el ma–

rido se fué sin ella á Santa Fé

á

pedir socorro á.

S.

M.,

á su Real Audiencia.

«Pasados algunos días, Yienclo el desconcierto,

grande que habían hecho, dieron orden como inviár–

sela. Este caso pondere el cristianísimo pecho de

V. M.,

que es uno de los licenciosos que en mi vida.