136
LA INQUISICIÓN
es te camino ha sido tan desvalida
y
menos preciada,
qu e por ello estuvo
los días pa ·ados e a ciudad
muy
á
piqu e de un a guerra civil entre ,·oldados
y
cü1dadanos, pues la hubiera sin duda alguna s i el
teniente general no u ara de un a milagrosa pruden–
cia que en lance tan apretado
y
habiendo qu ien le
acon ejase
y
invoca e favo r general á la ciudad
contra el presidi o, que le defendían la ejecución de
la justicia, fué co a milagrosa
~e
reporta e y sobre–
yeso el negocio para mejor ocasión . Como el medio
que el dicho Inquisidor ha tomado para enseño–
rearse de todos, es el temor
y
é,:te tan compaiíero
del pecado orcli nariamente, se favorecen del sobre–
di cho la gente extragacla y de mala Yi da y escan–
dalosa, porqu e la que YiYe en caridad
foras m itit
timo rem .
P or lo cual
e ha introd uciclo en proYer–
bio y
le ll aman el cambrón que abriga cul ebras
y
lagar tos; así ha qui tarlo algun a
ycces el e las
manos de la ju.sticia pecadorazo
y pccadorazas
di gnas de grandes casti go
:
co n que e han conti–
nuado muy escandalosos pecados, eri g ra n menos–
precio el e la justicia, de la palabra eva ngélica y sus
ministros, que no poco habían trabajado para evitar
tales escándalos, y de ]a paz co nyugal de maridos
y
muj eres, perseverando ellos en s us amancebamien–
tos, gastando y cons umiendo sus haciendas, eles–
heredando sus propios hij os por enriquecer su s
mancebas, y maltra tando y apa leando sus propias
mujeres: todo nasciclo ele haber e1 sobredicho inqui–
sidor detenido las mancebas no fu esen desterradas .
Y
por haber sido es to in tentado por algunos predi–
cadores, varones de grande espiritu, que por
la