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cuerpo por espacio de tres
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cuatro horas, poco mas
ó
ménos, con otra especialidad, que las personas de las
que allí se hallaron junto al cuerpo, le doblegaban los
brazos, por las cuales acciones solía dar algunás voces
el señor Provisor
á
que la dejasen,
y
solo alabasen
á
Dios,
y
luego al punto volvia
á
quedarse el cuerpo de
la forma ya referida,
y
su rostro hecho una gloria de
hermoso, que es cierto ser asi verdad como lo refiero,
y
lo dirán otras personas. Bendito sea Dios en sus San–
tos,
y
sierva.
Al cuarto dia de difunta, puesto ya el cuerpo en la
Iglesia en su caj
, como ya se dijo, antes de empezar
el entierro, se formó derepente una cruz
omo de hu- ·
mo, de mas de tres varas de largo,
y
cerca de una ter–
cia de ancho, poco mas
ó
ménos, y esta dicha cruz la vi–
mos toda¡ sus hija que estaba sobre el cajon donde es–
taba el
cuerp~,
y la cruz se formó sobre el cajon, como
. cuando cojemos la cruz y la ca:¡:gamos con un brazo pa–
ra arriba, y el otro para abajo, asi mismo estaba sobre
el cajon, viéndola nosotras desde ol coro alto. Con el
.asombro alzamos
la
voz diciendo: ccmiren
la.
cruz que se
ha hecho sobre ol cajon dol cuerpo de nuestra madre. A
la repeticion de e tas voces, subieron todos los señores
Sacerdotes que e taban pa,ra hacer el entierro, al coro,
diciendo: ccalborotos de mugeres, y quiso Dios que cuan–
do llegaron, ya se había desbaratado
la
cruz. Y estan–
do viendo por la reja del coro, dela
nte de todos los di–
chos Sacerdotes, e voh·ió
á
formar
t.anclara, y ma
que la vez primera,, viéndolo con sus ojos ·todos los se–
ñores ya referidos: por lo cua,l dieron mil gra,cias á Dios;
las que vimos que nos hallamos presentes y vimos esto
prodigio, somos:
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Josefa de la Providencia, Ana de
J esus Nazareno, 1ui a de San Pedro de Alcántara, To–
masa de la Soledad, Toma ·a de J esus Nazareno, Nico–
lasa de Santa Gertrudis, Juana del Espíritu Santo, Do–
ña Magdalena de Valenzucb
y
Perez.
Bajaron
á
hacer el entierro los señores Sacerdotes
que estaban pa,ra. hacerlo,
y
no había forma de poder
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