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siempre sordísima,

y

está en una edad muy anciana.

Dios sea alabado por todo.

Habiendo muerto nuestra Venerable Madre

á

las

dos de la tarde como, llevo ya referido,

le

puse la mano

sobre el corazon, á las diez de la noche, ¡caso raro!

y

le estaba palpitando como si estuviera viva: llega.ron al–

gunas personas de las que allí estaban, y tentándole, ·

vieron era verdad. De lo cual quedaron todos admirn.–

dos,

y

dando mil gracias á Dios.

El referido arriba nuestro capellan D. Basilio Saizie–

ta, como testigo de vista refiere lo siguiente en su reln.–

cion, y dice así: «Delante de diversas

1..

fidedignas per–

sonas, la pri cipal el señor D. Francilco Garcés, Pro,–

visor

y

Padre del Beaterio; el señor Licenciado D. Juan

de Alcaraunz; D. Antonio de Tapia, y el Padre JY.Iaes–

t ro Fray Blas Suarez, su confesor, D. Antonio Garcés

y

mucha gente,

y

sus hijas de la sierva de l)ios,

y

yo, de

que doy fé, que me hallé presente, Sábado diez y siete

de Agosto de mil setecientos nueve, entre diez y once

de la noche; estando el cuerpo tendido en la pieza

6

cel–

da que llaman Belén, á vfsta de todos, teniendo los bra–

zos sueltos, porque llegaban todos á besarle las manos

por uno y otro lado, de repente extendió los brazos en

cruz, los extremos de los dedos pegados, y corbados

á

las palmas de las manos, que admirados los Gircunstan–

t es de la docilidad que en ellas había, le extendían -los

brazos, y los dedos se los ponían derechos, y luego al,;

punto volvía

á

ponerlos de lásuerte ya referida. Nopa–

ra aquí la admiracion en las maravillas del Señor, sino

pasa tambien á lo que se siguió: que. estando .el cuerpo

puesto en cruz· allí,

á

vista de todos, bajó el brazo dere–

cho para el· muslo abajo, extendiendo la palma.y dedos

de la mano t an perfectamente, que

n~

había diferencia

á

cuando estaba viva, y la mano izquierda

la

paró so–

br e el corazon, ó junto

á

él, con los dedos desunidos

unos de otros, ó por mej or decir segregados,

y

en la mis–

ID!1

forma de cuando estaba viva y fayor eci<la del Divi–

no Señor

y

Dios nuestro en los éxtasis. Y asi e"tuvo el