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. 73. Antes que
lo~
pJ,cll'eS
jesuitas
hablasen
de
r~
~nnistad
para
desnaturn,lizetrla.,
Oieeron
se había ex–
presado confonne
á
las
lecciones
y
seutirnientos de
la.
ntl.tnraleza,
.Y
por
consiguiente
conforme
á
la
verdad~,
-"Os exhorto, le deeia
c1 &u
mnigo Atico,
á
que arr–
tepongais la
anlistad
á
todas las cosas
hun1m1as. Des–
pues de
la
sabidnria,
no
han hecho los dioses
1nejor
don al hmnbrc que el do la mnistad. Lo dmnas es ca–
duco, incierto,
y
depende
rnas (le la tmneridad de la
fortuna. que
do
nosotros
misn1os.
Los
que
colocan
el
sun1o
bien en la virtud,
dicen
verdad;
pero
esta
mis–
Ina virtud enjendra
y
contiene la an1istad
7
que no
puede
existir
sin virtud.
N o
hay
escusa
en el
pecado,
t-3Í
se ha con1etido por
causa
de un a1nigo: no
puede
habe t' amistad si11o entre los
buenos.
Quitan el
sol
del
11111IH1o
los
que quita11
de la
vida
la a1nistad."
lleprobaba on segu ida con Scipion la sentencia de
~tquel
que dijo, qno "de tale.uerte debia nn1arse
::í
un
·,nnigo, como
si
algun dia se le
hubiese
de aborrecer,
ó ser
nuestro
ene1nigo."
En la con1pa.ñía
de
J
es
u~
tendria
cun1pliJo lugar esta sentencia, donde así vi–
virian entre
sl.los
jesuitas,
con1o en perpetua
descon–
:tianza los an1igos
y
hernu1nos,
en
continuo ten1or
de·
ser denunciados
á
1nénos pensar.
74.
Entre los 1nedios astutos de la con1
pañia
se
nu-
1nera el secreto profundo que guarda en sus cosas.
··y
no con1o
quiera,
sino
que
"muchos profe.:;os ignorau
las constituciones de
la
corporacion
á
que pertenecen,
·en ]o
que se distingue
de hts
dernas órdenes.
No se
gobierna conforn1e
á
las
reglas de la iglesia
cristiana,
t:lino
por la clireccion
interior
de
las superio-res,
por
delaciones peligrosas, por albedrío
y
capricho n1as
l)ien
q
ne
por leyes,
lo
q
no es tan
repugnante
y
con–
trario
á
ln
naturaleza."
Esta
reserva
exajerada
los
h:1 expuesto á fuertes
y
an1argas reeonvenciones,
y
hu abierto
el
carnpo
á
rnuchednn1hre de sospechas
y
juicios,
qnizá injustos
tn
algunos puntos,
aunque
no ·
ten1erarios,
porque el
secreto los
provocaba.
El
que
obra rnat, aborrece la luz
y
?W
<~e
rt,cerca
á
ella, para que
no
sean
'rrprcndidas sus obras,
ha dicho
J.
C.
75. Po:ngán1os algunos E'jmnplos ele la astncia pérfi- ,
da <.Le
nuestros
reverendos. El P.
jesn.i
ta
J
ot~venci,
súh–
clito
franccs,
quiso illlprirnir en
Ronut
Ll.n
libro
en que