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todos
sigaú Ol'.diuarimnente la n1ÍSll.l::\ doctrina, que
lcr,
compañia
ha escogido como
la
mejor
y
mas
conueniente
pa~
1·a'los nuestros."
En el plan de estudios se ·advierte,
que "es preciso separar de la enseñanza
á
los
inclina~
dos
á
novedades, ó qne son de injenio n1uy libre;)>
y
que nadie"introduczca cuestiones nuevas, ni opinioti
que no tengaautor
idóneo, y sin consultar
á
los su–
periores.»
l~
o son estos los únicos pasajes, cuyo rnodo de es–
presarse no guarda consonancia con la generalidad de
la palabra del P. Ravignan-"en las opiniones libres
deja la compañia
á
los entendirnientos en libertad-la.
con1pañi::t no tiene doctrina peculiar.»
N
o olviden
ílUet:ltros lectores lo qne notaba el P. Mariana en el ci–
tado plan de estudios de Aquaviva-"pretende dar
re~
glas de doctrina para todos, pues veia que la libertad
de opinar se entraba mucho entre los nuestros.» Por
eso el docto Chalotais se esprcsaba asi-"Es inconce–
bible que: despnes de los cargos hechos á los jesui–
tas,y de las censuras de los papas
y
del clero de Fran–
cia, no hayan reformado su moral, como era necesa...
rio por deber
y
por interes. Era. por:no faltar al princi–
pio de uniforn1idad; no querían retractarse. Espíritu de
partido, servidun1bre de los espíritus mas espantosa
que la de:los cuerpos.>> Estas pocas frases, que se fun–
dan en hechos incuestionables, no se parecen
á
las del
P. Ravignan.
AitTICULO XI.
§.
l.o
93. Está visto: hay un sistema n1editado entre los
jesuitas y sus defensores, de negar impávidan1ente
los hechos • que los desacrediten·',
y
sostener con
la mayor se:·enidad la negativa. Muchos están
á
la
palabra de
otro~;
pero los hay tambien, que niegan
á
sabiendas y contra la evidencia: doctrinas
y
n1aña
tienen para ello, que unas veces les salen en cara
y
otras, no.
El padre Santarelli escribiera una obra en que en- ·
salzando
á
los papas, rebajaba
á
los reyes; y la
Fa:·
cultad de París se proponía censurarla. Se alarn1ó el