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2·4-
vale nnestro reverendo para recomendar
y
ensalzar
Jtl
obediencia, despHes de darla
á
co1nprender-"Jj~l
ge–
neral dice al soldad.o: vé
á
colocarte
á
la cabeza de
ese puente; pennnnece
alH:
tu n1orirás
y
nosotros pa–
sarelnos-Si, n1i general. Tal es la
obedi~ncia
guer–
rera--perinde ac cadáter.
Ella sirve, ella
n1uere;
y
la.
patria no tiene bastantes coronas para su
heroisn1o.'~
Pero el heroisn1o ele esa obediencia, digamos aho–
ra nosotros, es la observancia de una condicion, que
se cree indispensable para salvar
á
la patria de un
conflicto; es el curnpli1niento de un deber, aun cuando
Do fuera en obedieucia al mandato de un general; es
una obra patriótica, cuya bondad
y
heroien1o se conl–
prenden
y
estiinan
y
recornpensan con coronas cívi–
cas. No asi la triste
y
oscura obediénoia del jesuita,
al que para tener fuerza
y
gloria se le previene, que
su obediencia sea con1o la de uu
báculo
y
un
cadáve1·.
¿A quién sirve,
á
quien ha salvado este pobre bon1-
bre?
A.l
instituto de la con1pañia, cuya fuerza y glo–
ria no es la fuerza
y
gloria de la patria, no es la fuer–
~a
ni la gloria de la htnna11i<lad. La n1nerte de un sol–
<lado salvó al ejército, que pudo
ya
pasar con su ge–
Jleral: eu la con1pañia de Jesus todos quedan cadáve–
res para dar fuerza
y
gloria al cuerpo en la persona
ae su prepósito general. ¡Qué pobre causa ]a
del
pa–
dre Havignau! Tuvo que bu.sear uu soldado para,
hacer una con1paracion, que
o~urrir
al imperio de la
fuerza para traer una semejanza
á
su colejio,
y
qne le–
yantar una gloria póstuma al soldado, para crear
y
perpetuar fuerza
y
gloria vivientes en sn co1npañia.
Otra comparacion. HDice el prepósito general al
jesuita-1nañana saldrás para la China: la persecu–
cion te aguarda,
y
acaso el martirio-si, padre Inio.
J'al es la obediencia relijiosa-perinde
ac cadáver:
ella,
hace al apóstol, al rnártir."
Enviar el superior
á
un misionero, para que anun–
cie el evaDjelio en paises infieles, aun con peligro de
sn viJa, es una funcion civilizadora y sen1ejante
á
la
que los apóstoles recibieron de
J.
C. á sabiendas de
,que habian de ser perseguidos,
ó
ir
corno corderos en
Jnedio de los lobos:
funcion laudable, hun1anitaria, cris–
tiana. Si nada n1as que esto,
ó
cosas . parecid::ts, hu–
biesen practicado los .iesuitas, ni los reyes los
habría~¡_