Previous Page  275 / 388 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 275 / 388 Next Page
Page Background

'249 '

·üh1j1ó al

rey

un

n1en1orial, de donde resultó

la

rcpren~

.sion de que se habla; pero que al nies siguiente reci–

bió el obispo una real cédula llena de piedad

y

reli-

jion. Véase pues, eaan diferente ha sido el su

ce~

o de

la

n1anera con1o lo p.resentaha

M.

Oretineau-Jo1y,

que

tan1poco era orijinal en este cargo, que antes hiciera

e l

citado padre Goazalez.

3.

o

47.

Del señor Antequera dice asi

M.

Cretineau-Jo–

ly-"Era

impetuoso, devorado por la a1nbicion, sienl–

pre dispuesto á segundar uua intriga

ó

urdiria; insa–

ciable de fortuna como de autoridad. De n1ajistrado

se hizo juez, de juez se irnprovis6 gobernador en lu–

,gar de su victirua. Autequera e1npieza la guerra ca-

1mnniaudo

a

los jesuitas, y

110

perdona nledio alguno

paea peederlos; mas los jesuitas tuvieron el tiernpo rie–

eesario

para

prevenirse.»

48.

l{ESPUESTA.

Este no es modo

de

escribir

hi

s–

toria sino invectivas contra uno,

y

elojios

á

favor de

otros. Los propios jesuitas, injustos como eran con el

señor Autequera, no lo fueron tanto,

ni

hablaron

tan

alto corr1o M. Oretineau-Joly. En el artículo 13 de la

prin1era parte han visto nuestros lectores, cuan dife–

rentes erau los

suc~sos

del Paraguay, de lo que los pih–

taban los jesuitas

y

sus apasionados. Vieron qne acu–

sado el gobernador Reyes,

la

audiencia de Charcas

nombrú para ahrir

y

prosegllir la causa al señor

An–

téqnora por sus distinguidas circunstancias: que lleva–

ha consigo un pliego cerrado, que debiera abl'irse,

si

lteyes resultaba culpable,

para

cuyo caso era nolnbra–

<.lo gobernador el señor Antequera; lo que igualnlen–

te fuera dispuesto por el v:iréy, en .tenninando el

pe–

ríodo de H.eyes: que los cabildos

eclesiásti~o

y

secu–

lar de la Asuncion, asi cotno todos los cabos principa–

les, dieron gracias

á

la

audiencia por haberles enviado

.al

seiloe Antequera para alivio ele los 1noraJ.ores: que

•~on1o

lleyes, con el apoyo ele sus protect.ore3 los jesui–

ta.·, consiguió qne el Virey le restituyese el gobieeno

do! Pat·agnay,

y

que Garcia Ros, el Inayor do los par–

.•

~ i

ale8 de

lteyes

venia

con

fuerza

á

reponer á este,

ó

bcr

goberuaclor el1uitin1o, convinieron los veeiuos en

32