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·üh1j1ó al
rey
un
n1en1orial, de donde resultó
la
rcpren~
.sion de que se habla; pero que al nies siguiente reci–
bió el obispo una real cédula llena de piedad
y
reli-
jion. Véase pues, eaan diferente ha sido el su
ce~
o de
la
n1anera con1o lo p.resentaha
M.
Oretineau-Jo1y,
que
tan1poco era orijinal en este cargo, que antes hiciera
e l
citado padre Goazalez.
.§
3.
o
47.
Del señor Antequera dice asi
M.
Cretineau-Jo–
ly-"Era
impetuoso, devorado por la a1nbicion, sienl–
pre dispuesto á segundar uua intriga
ó
urdiria; insa–
ciable de fortuna como de autoridad. De n1ajistrado
se hizo juez, de juez se irnprovis6 gobernador en lu–
,gar de su victirua. Autequera e1npieza la guerra ca-
1mnniaudo
a
los jesuitas, y
110
perdona nledio alguno
paea peederlos; mas los jesuitas tuvieron el tiernpo rie–
eesario
para
prevenirse.»
48.
l{ESPUESTA.
Este no es modo
de
escribir
hi
s–
toria sino invectivas contra uno,
y
elojios
á
favor de
otros. Los propios jesuitas, injustos como eran con el
señor Autequera, no lo fueron tanto,
ni
hablaron
tan
alto corr1o M. Oretineau-Joly. En el artículo 13 de la
prin1era parte han visto nuestros lectores, cuan dife–
rentes erau los
suc~sos
del Paraguay, de lo que los pih–
taban los jesuitas
y
sus apasionados. Vieron qne acu–
sado el gobernador Reyes,
la
audiencia de Charcas
nombrú para ahrir
y
prosegllir la causa al señor
An–
téqnora por sus distinguidas circunstancias: que lleva–
ha consigo un pliego cerrado, que debiera abl'irse,
si
lteyes resultaba culpable,
para
cuyo caso era nolnbra–
<.lo gobernador el señor Antequera; lo que igualnlen–
te fuera dispuesto por el v:iréy, en .tenninando el
pe–
ríodo de H.eyes: que los cabildos
eclesiásti~o
y
secu–
lar de la Asuncion, asi cotno todos los cabos principa–
les, dieron gracias
á
la
audiencia por haberles enviado
.al
seiloe Antequera para alivio ele los 1noraJ.ores: que
•~on1o
lleyes, con el apoyo ele sus protect.ore3 los jesui–
ta.·, consiguió qne el Virey le restituyese el gobieeno
do! Pat·agnay,
y
que Garcia Ros, el Inayor do los par–
.•
~ i
ale8 de
lteyes
venia
con
fuerza
á
reponer á este,
ó
.á
bcr
goberuaclor el1uitin1o, convinieron los veeiuos en
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