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-250

hacct~

resistencia,

defendiendo

su

patria,

su

rey,

ga~

esposas

é

hijos,

de

Ja

inrninente guerra con que

lo's

nrnenazaba Garcia Ros y los padres de la cornpañia;

y

que

posteriorrnente ton1aron cuerpo los disturbios,

y

}legó el caso de mnplear las ari'llas, quedando vence–

Jores los

~1el

Paraguay,

y

vencidos

y

prisioneros los

]>adres jesuitas Policarpo Rufo

y

Antonio Rivera, que

dieran las disposiciones de la batalla. Esto

y'

mas se

encuentra, con las incontestab1es razones espuestas por

la

aucnencia,

y

la refutaeion de los cargos hechos po1·

los padres de la con1pnñia

y

sus defensores contra

t.l .

Eeñor ..

A ..

nteqnera,

y

el suplicio de éste, y la rehabilita–

ci

o

u

de su n1e1noria con1o

recto, fiel y leal ministro

por–

Carlos

III.

ARTICULO IV.

49.

Pasa

~1.

Cretineau-Joly

á

pres-entar

á la

com–

l)ania bajo de

un

aspecto n1uy interesante y honroso,

p01déndola cara

á

cara con los enemigos del órden

social

y

relijioso, y escribe asi-"en medio de la pos–

tracion de la fuerza social, que los filósofos hicieron

aceptar como un progreso, fueron señalados los jesui–

tas con1o el Llmwo del odio universaL Rabiase por

fin hallado la ballesta para abrir la brecha contra los

padres

del

instituto;

y

los jansenistas

y

los parlamlelli–

tariof:l se coligaron con los enciclopedistas para Ini:nar–

·la

con1pañia, y los n1as; fogosos concibieron el

proJec:..

to de disolverla."

50.

RESPUESTA.

U

no

de los n1edios artificiosos

que

emplea una mala causa, es buscar relacion con otra

buena, intiinarse con ella, y ponerse

eri

contraste con

causas n1al vistas y aborrecidas: hay necesidad de ha–

cer diferencia para evitar la co:nfusion

y

descubrir la

verdad.

Si

estos

y

aquellos, con este

ó

aquel noinbre,.

miraban con ceño lo que realmente y sin espíritu

d:e

partido era bueno en los jesuitas, nosotros pensali®–

mos en esta parte como

M.

Cretinealll-Joly;· pero ni

los encicloredistas, ni los parlan1entarios, ni los

jau~

senistas reprobaban en los jesuitas la parte hunlani–

taria, social

y

cristiana, sino esos aspectos odiosos

·y

perjudiciales, que con pretesto de la

n1~yor

gloria de

D·ios y

la

salud de las aln1as, consultaban

los

inte;re-~

ses de lu

compañia.