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el reino
que
les
]gualase: que
en el
oficio de n1isiones
l1abia aln1acenes para todo género de mercancías de
Castilla, ropa de la tierra
y
paños de
Quito~
y
en niu–
guna tienda se hallaban tantos ni tan buenos. Mucho
nws dijirnos en la prin1era parte.
Si esto no era co1uprar paTa vender; si no era co–
Juercio; si no era tráfico ¿que no1nbre podrá darse al
oficio de tener banco, alrnacenes,
y
tiendas para va–
rear efectos, públicas carnicerías donde vender,
y
el
negociar por 1nar
y
tierra hasta sufrir banca-rota?
Si los padres eran tan enlinentes en la intelijencia de
toda suerte de mercancías
y
tratos
y
con1pras
y
ven–
tas, que dificultosan1ente habría 1nercader que los
igualase;
y
ei á
todos llevaban en las plazas
y
rnerca–
dos ventaja y preminencia en el arte de negociar,
y
daban la ley sobre el précio de los efectos, ¿por que
negarles esa gloria 1nercantil?
53. Y si los padres jesuitas hacían la venta de loe;
géneros
y
productos ·con1o tutores de sus neófitos, de-l.
bieron guardar su valor para estos, por lo n1isn1o de
procede'!' corno tutores.
NlaB
¿lo guardaban? Si la pre–
gunta se hubiera hecho
á
los pnpilos, habrían callado;
11ada se les guardó. Los cueros
y
la yerba, ·
y
cuanto
mas se venclia, iban eu valores de numerario para el
prepósito general, iban cada seis años con procurado–
res al caso, fuera de las remesas estraordinarias,
y
de
lo que se enviaba
a
las córtes,
y
á
todas partes, donde
los jesuitas tuviesen una pretension, un pleito, un
choque
ó
falt.amiento de respeto
á
un obispo, para em–
plear ese fuerte
y
poderoso ajente, que hiciera dar la
justicia
á
los inj astos.
54.
Pero dejando
á
un lado la palabra
comercio,
y
estando
á
su objeto-la ganancia de bienes tempora–
les, ¿qué queria decir esa ansia dé acun1ular riquezas,
cuyo desapego predicaban
á
los de1nas los padres de la
compa?íia de Jesus?
¿Que ese empeño de adquirir
y
estender sus posesiones,
ó
vender unas para 1nejorar
otras; de co1nprar mas
y
mas ganados para vender sus
carnes en oficinas públicas,
y
pe1j udicar al comercio
de la gente lega? O ¿no habeis adquirido para voso–
tros, no eran vuestras tantas riquezas acun1uladas?
J)ecidlo, decidlo: ¿no eean de la cornpañia estas rique-
zas? ¿No estaban aun
á
disposicion del prepósito general;?