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243 _,.
)
'~J~l.conde
Maistre lla1naba
nuntirosas
á
las cnrtas pro–
vinciales. Y en otra parte decia--"Pasca1, polén1ico
so"
)>
bresaliente, hasta el punto de ton1ar la calun1nÜt poe
))
diversion." El vizconde Chateaubriand hace el pro–
pio juicio- Pascal es. un jénio calumniador,
y
nos ha
Jejado en sus escritos una in1postnra que no perecerá."
Prosigue de su cuenta M. Cretineau-Jo1y. "Entre los
jesuitas habia pocos hornbres dignos de n1edir sus fu·er–
zas con Pas·cal."-"No hay una 5ola de las
provinciales
que .no descubra una prodigiosa malicia. Las pt·oviu·
. ciales son en
el
di a como el
Tartufo,
una obra que \se
aplaude por costun1hee, que 1lena de fastidio mezcla–
do de admiraci,on. Pascal, sepultado en las ciencias
abstractas, hacia escrutinio del corazon sin haberse
nunca hallado en el caso de estudiar sus propensio–
nes. Ernbriagado por el hun1o de los elojios, se cegaba
en su obra,
y
escribió un libro que, en espresion de
I.Jemontey, "hizo n1as daño
á
la relijion, que
honor~
la lengua · francesa." Schoel, protestante, n1as justo
que n1uchos católicos, dice del libro de Pascal, es
- ·-"obra de partido, en la cual la 1nala fé atribnia
~!
)) los jesuitas opiniones sospechosas, que ellos désde
>)mucho tiempo habian ya condenado,
y
que
haci~
}) responsable
á
la sociedad de ciertas estravc.tgancias
)) de algunos padres españoles
y
flamencos."
40.
R .ESPUESTA.
N
o nos cansem
o~
de repetirlo-de–
fender
á
Pascal, es poner de rnanifiesto la rnala caus3¡
de los jesuitas,
y
la impertinencia de sus adictos.
'El
nombre purísin1o del autor de las
Cartas provinciales
le
l)Olle
a
cubierto de Jos tiros de la lnaledicencia, del
despecho
y
de la lijereza en pensar
y
escribir; pero no–
sotros necesitatnos dar
á
conocer esas ilnpertinencias
y
lijerezas, para que juzguen en justicia los lectores
imparciales.
·
Digno era
:M:.
de Maistre de espresarse en la n1anera
que refiere M. Cretineau- J oly. Ese talento tenia el
instinto funesto de seguir regular1nente mala causa
en cierta clase de materias. El panejirista del ab·
solutísmo, de la inquisicion, de la guerra
y
del ver–
dugo, no era estraño que al
tiempo de hacer un
nutguifico elojio de Pascal, diciendo que sus faltas
ilnajinables no llegarian
á
eclipsar sus cualidades
estraordinarias, añadiese tumbien-:-_"polétnico
supe-