Previous Page  264 / 388 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 264 / 388 Next Page
Page Background

-238-

historia. · El aspecto dado por

NI.

Crot.1neau-Jv1y.

á

su argumento se halla en este caso; está fu odado en

hechos no n1as, no lo ha revestido de justicia;

y

·para

conocerla hay doctrinas tan claras en la santa relijion

de

J.

C., que bastaban ellas para fijar el tn·opósito

y

norrnar la conducta de los jesuitas

·-y

den1ás varones.

santos y 1naestros de 1noral.

A11ora bien: si en el siglo 16 "todos los asuntos de

.estado y todas las guerras tenian un principio relijio–

so,"· debieran los jesuitas, para n1ayor gloria de Dios,

haber interpuesto la recon1endacion de la paz

y

cari–

dad, tan inculcadas en el evanjelio,

y

por las cuales

á

_padie cmnplia interesarse mas, que

á

los que hacían

alarde de llamar8e

compafíia de Jesus.

Si "los intere–

ses y las batallas no tenian otro objeto que el de des–

truir

ó

conservar el catolicis1no," tocaba

á

los conlpa–

ñeros de

J

esus haber calmado los ánünos con pala–

bras evangélicas respecto de aquellos. en quienes po–

dían influir, y abstenerse enteran1ente de deci:r una

palabra en cuestiones de sangro. Es falso, absoluta–

mente falso,

á

vista de la historia, que "las batallas no·

tuvieron n1as objeto, quo el de destruir el catolicismo

ó

conservarlo." Los unos pedían ser tolerados, lo que

no consentía la intolerancia de otros; por donde se

irritaban los ánirnos,

y

de una

y

otra parte se venia

á

las 1nanos. Predicar tolerancia en tales cas0s

á

los

príncipes

y

á

los pueblos, habria sido el medio mas ra–

cional

y

cristiano de vivir en paz,

adoran~1o

cada cual

á

Dios, conforn1e

á

su conciencia. ¿Preclicar9n tole-

. iancia los jesuitas? El n1ovimiento de las ideas

_políticvs

y

sociales

no era jncun1bencia suyh., sino que debieron

abandonarla

á

otros cou el nombt·e que llevaban

y

su

responsabilidad, en vez de entrometerse en negocios

ajenos de su profesion

y

predicar

tolerancia~

.33. No sienlpl'e los negocios políticos tenian un

principio relijioso, sino que }os enemigos de las

IB.e–

didas dictadas por los gobiernos, les daban forzada–

mente ese as_l)ecto. Jesuitas juzgados

y

condena-dos

por conspiradores, eran colocados por otros jesuitas en

el nún1ero de los

1ná

rtires de la relijion: como si peli–

gros buscados

á

sabiendas en odio

á

monarcas antioa–

t ólicos,y el perseguir al hereje,y rudaennlte la

herej.ia·

,

fuera

~efender

el catolicismo

y

morir por defender uu