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,.;í-ernbre de 1855 qne dice asi-'.'No es permití
de>
ei
rostablecirniento de la con1pañia de
J
esus en el
ten~».toriO'
de
la
Hepuuliea ..
>)
ARTICULO XXV.
§
l.o
24-!.
Aunque despues de
la
entrada
de los
Borbo-·
nes en Francia se pronunciaba el nombre
jesuitas,
IHY
se confesaba la existencia de ellos,
y
convi
nieron los·
de la
congregacion
en ocultarla; per0 algunos
aconte.CI–Inientos vinieron
á
.desn1entir la :ficcion. IJca
autm~idacl
Jnunicipal de Chambery, capital de la
Saboy~,
pidió al
general de Jos jesuitas algunos de sus·religioso-s;
á
cu–
Ja
solicitud no pudo satisfacer, por
cuanto,
son
pala–
bras de él,
á
27 de Mayo de 1823
'~no
lo permitia el
estado actual de la compañia en Francia,
pues apenas bas-–
taban sus individuos para los establecimientos
que
te–
nian allá.>>
El
escritor de quien to1namos la noticia aña–
de lo sígniente-"los jesuitas llenab-an
la
Francia,
y
no se sabía.»
245.-M.
de Fraissinous, obispo de IIermopolis
y
ministro ele Carlos
X,
hacia saber
á
l:::t
cátnara de di–
putados en Mayo de 1826, que Bonaparte en su go–
bierno en1pezó desconfiando de
los
jesuitas, los toleró–
despues,
y
posteriormente les prohibió enseñar:
que–
en
la
restauracion vinieron, accediendo
al
llamamien–
to de algunos obispos: que de n1as de nlil doscientotY–
establecirnientos de instruccion pública, no
tetlian
sino
siete casas, en las cuales únicamente podían ejercer su
influencia; y que los padres les confiaban
á
sus hiios,
para que los preparasen
á
ser el ornamento de
la
so–
ciedad, y el sosten de sns familias.»
El
ministro con-·
eluia con estas palabras-"yo no sé si estas esplicacio–
nes
di~iparán
los tompres: en cuanto
á
mi,
no n1e
ins-
piran ninguna
inquiett,d.>>
___
·
24ft Al
encargarse
. ~le
estas esp1icaciones el conde
de Mont.Iosier, decia &si-"nle parece
M.
de llernlo–
polis
c-on1o caído
del
~ielo:
no
conoce
nada
(le las
00...
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