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-

12~1-

' suítas;

que

lo

hah·

i.an

obtenido sobre

una

fulsa

esposí:~_

cion, fuera de envolver condiciones que no se halla–

ban en la practica. Se

hizo

necesario comisionar vi ··

carios

apostólicos~

que · examinasen por

sí. n1isn1os

er.

estado de las· cosas,;

y

aunque·

al

princip-io inclinados ·

á

los jesuitas, se desengañaron luego,

y

t01naron e1 par–

tido de los don1inicanos.. Fueron n1enester diez

aiio~ -·

para examinar con paciencia los puntos controYerti–

dos,

y

convinieron los viearios apostólieos en- que, la

esposicion hecha á .Alejandro

VII,

no

era verdadera: :

el rnandan1iento

fue

observado por los n1-isioneros ·

á

escepcion de los jesuitas.

154. El Secrétario de·la. congt--egacion

de propagan–

daficle

decía así en. un escrito presentad"o á Inocencio··

Xl-''La

co-n.grcgacion sabe cuántas

y.

cuales

han

si–

do las contradicciones q_ue sufriel'on los vicavios apos-–

tólicos de parte de los jesuitas,

qnD

han reducido

á

esos pabres prelados

á

una triste extremidad; por

lne-–

dio de Ü11posturas de todo género,

y

han he·cho paBae

HUS

calun1nias.

á

los oi-dos de los príncipes católicos·

<:le Eu:ropa con artificios de toda clase. El papa. sos–

tuvo

á

sus vicarios,

y

n1andó salir de la China

á

cua-·

tro de' los 1nas turbulentos jesuitas. Uno de estos,

el

P. Fuciti, llevó sa insolencia hasta decir al obispo de ·

Beryte

y

á

su vicario general, que eran usurpadores,

soberbios,.hipócritas, herejes, jansenistas

&a.

Al-

o

bis~

po de Heliópolis·

l.e

trataron

peor,

haeiendo· correr

]n,

voz de que eTa hereje-,

y

espía del rey

de

}.,rancia,

le–

tuvieron preso seis meses·,. con

los

tratan1ien.tos

rna&

indignos,

y

}e emharcarOTl· para :España.' r

§

2.

o

155.

I.Ja

i1nportancia de los doctunentos anteriores

no in1pidieron que el padre jesuita Tellier negase to–

dos los hechos, acusando de supuestas las piezas adu–

cidas, produciendo otras para convencer de falsedad á

las prÍn1eTas, y co1npro1netiéndose·

á

pasar por nlalva–

do

é

insensato en caso de probar

lo

contrario.»

"}VI.

Arnaldo refutó

al

padre jesuita, probándo]e la

ve1~dad

de los hechos que este negára, y la fidelidad de las pie–

zas en que:se eontenian; asi con1o convenció con prne–

b~~

auténticas

de

haber producido el padre piezas fal-