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poblaciones, n1as que de su talento persuasivo, eran
obra del .temor que los indios tenían
á
los portugue–
ses." Y pai·a decirlo s·e fundaba en que
"con
su ar–
diente celo los padres jesuitas, habiendo salvajes que
atraer, en c-iento y doce- años no formaron
otra
reduc–
cion que la de
J
esus, y esta aun n1énos por sus predi–
caciones que pü>r el süco-rro de la antigua poblacion
de los indios de Itapúa; y ademas, que la epoca fecun–
da en poblaci.ane& jesuíticas, fué cabalmente la del fu–
ror con que los portugueses perseguían
a
los indios
para hacerlos esclavos."
A razones tan plausibles? que fundahan)a
conjetura
del señor·Azara, oponia el señor Funes, que "si el
temor obraba en los indios para buscar el wsilo de los
jesuitas, debió ser mas bien el que los indios tenian
á
los españoles, pues si los portugueses los pers.eguian
para hacerlos esclavos, los españoles
se·
servian de
ellos como si fuesen tales,
y
lo reputaban por dere–
recho." Tendría razon el señor FUnes, contra el se–
ñor Azara, si este· hubiese ' pres-cindido absblntarnente
de la circunstancja del ternor que los· españoles infun–
dían
á
los indios, y mucho 1nas, si la hubiese negado;
pero tan lejos estaba de ello, que apoyaba su pensa–
nüento del
temor
de los indios
á
los portnguéses, en el
tenwr
que los indios tuvietan
á
los españoles, y que pro–
dujo un efecto sernejante, es decir, el establecjmjento
de oteas poblaciones. Nos parece que
el señor Funes
salia inadvertidan1ente de la cuestion, cuarl.do afronta–
ba al señor ..LL\._zara, que reputase por mas eficaz el te–
mor, que el convencimiento acon1pañado de benefi–
cios.
N
o, no: el señoe Azara no n1ovia una cuestion
de
prindpios,
sino que se refería
á
hechos incuestiona–
bles, para fundar
su
conjetura del tmnor sobre la per–
suasion y predicacion de los jesuitas.
147. Dijera tambien el señor Azara, qne
''1os
je–
sui tas 1niraban co1no inútiles las vias de persuasion,
y
recurrian á n1edios temporales.» Refiere en seguida
uno n1uy curioso, en que el padre jesuita logró intro–
ducirse por presentes
y
vacas, dispersando despues
á
los nuevos indios en las poblaciones antignas;
y
tiene
cuidado de advertir, que los jesuitas ocultaban ta1 rno–
do de proceder, no
queriendo aparecer en sus acciones
sino de la
n1anera
CJ.HOcorrespondía
á
eclesiásticos, e¡;