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11() -

1nisma

sun1a de poaer, la empleaban en opresion

y

da–

ño de sus súbditos; y ·lo seria para los amigos del go–

bierno absoluto, n1as no para los que aspiran al desen–

volvin1iento de su perfectibilidad.

Cuando dijo el

P. jesuita José Acosta, "la n1ayor riqueza de los

Incas era ser esclavos suyos todos sus vasalloe,

y

no

se les hacja servidnrrüwe sino vida

n1uy

dichosa;., tal

lengn3,je no tiene sentido en nuestro siglo.

Había una eircunstancia desfavorable

á

los

padre~

de la compañia respecto del gobierno de los Incas, y

era que las riquezas del Paraguay salían sin retorno

peovechoso

á

los pueblos, sino para perderse en el su–

midero del general rle la órden, con el objeto no útil

á

ningun pueblo del reino, 11i

á

los intereses del mo–

narca, ni

á

su autoridad, ni.

á

su lujo siquiet·a, sino

á

los intereses de la compañia,

á

sus pretensiones,

á

sns

pleitos, al triunfo de su causa.

El dictador Francia ilnitó

á

los padres de la con1-

pañia; cerró el Paraguay;

y

es preciso abrirlo franca–

mente, para que entren en comunictwion con los de–

lnas Estados; porque

á_

sus relaciones n1útuas de fra–

ternidad

y

comercio ha vinculado Dios la civilizacion

y

prosperidad del mundo.

143L

N

o dejarán de notar los lectoreR en la histo1·ia

del P. Charlevoix la 1nistura de vitupérios y elojios

de los pobres indios--perezosos, poco eeonómicos,

aunque nada les s0braba, de apetito devorante, lijeros,

inconstantes, dificiles de desarra.jgarles ciertos vicios

groseros, inclinados casi invenciblen1e11te

á

la ern–

briaguez;

y

por otra parte, sin procesos, ni querellas,

sin mio ni tuyo,

dispuestos

á

partir lo poco qne tenian

con los necesitados, ocupados tanto

y

n1as de loR

otros que de sí rnismos, delicados de concienc]a,

y

tan delicados, que un obispo

muy

amigo do la

com~

pañia, y bien informado por los padres, llegó

á

calcu–

lar

y

escribir al

rey-solo se comete cada a11o un pecado

rnortal.

¡Que pais tan bueno con tn.n n1ala gente!

Ya ·.

se vé, lo malo era obra de ht mala naturaleza del in- ·

dio,

y

lo bueno del apóstolico celo de los padres de ·

la con1pañia.

144. Lo espuesto hasta aquí puede dar üna

·verda:~

dera idea del gobierno de los jesuitas en

el

Paraguay, .

y

del principal objeto que se propusieron, haciendo