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<'/b::.L:icu1os.
I..
ogró no
obstante
introc1ucir~H·:
en
lo~
!Qj;;¡tados de
un
rey
iclólatrn, quien le
pennitió }c,Tauütr
una
igl-esia,
y
trabajó una casa para los
pndreH
del
Oratorio; pero
~e]osos
]os jesui.tus
emplenrnn
ln cn–
lumnia,
y
en,·iaron
á
Ron1a
infm·1ncs burribles
¡,\ol>rc
sus
costurnbres. El obispo
fné
á
lloma,
y
auwp1e
re–
~ibido
al pri
neipio
ou
frialdad,
mani feRtÓ clarnntente
su inoceucil:-r, así
l..'Onlo
la
infidelidad
de
los
jesuitas
y
regresó
honrosarneute
á
su
n1ision."
"Los capuchi ncs llegaron
á
rncdiados
del siglo 17
á-la
costa
de
CorOJnnnde1,
y
lograron establecer
un~.
parroquia en
Pondieheri: rinieron
á
refujiarse allí los
Jesuitas
espelidos de
Sian1,
re~iLidos
cordialn1ente
r,or los capuchinos,
y
luego 1nolestaron á estos en
J::t
poscs1on
de la parroquia.
I..
os jesuitas
en
Pondi–
<~heri
y
otras partes
hacian
n1onstruosa
n1ezcla
de eris–
tianismo
é
idolatría;
y
tales supersüciones dieron n1o–
tivo
á
disputas entre los jesuitas
y
los
otros n1isione–
ros. Aquellos se dirijieron á
Ron1a,
en
tiempo
d~
Gregorio
XV,
presentándole con1o civiles practieas
idólatras;
y
obtuvieron un
decreto
que
pet'n1i
tia
cier–
tas prácticas, pero añadiendo tantos eorrectivos, que
los propios jesuitas no lo hicieron valer ni aun lo
mostraron.',
153.
:En
la China
les
propusieron
los
dornínicos
entrar
en
conferencias
para
ilustrar la
n1ateria,
y
con–
venit
en
principios;
pero
los jesuitas en
voz de
con–
testar,
les
suscitaron obstáculos
y
persecuciones,
y
<tos de aquellos fueron desterrados por el gobernador
de Fogan,
partidario
de la
con1pañia."
Ya se ha dicho que
los jesuitas
peesentaban
co1no
actos
y
ceren1onias civiles
lo:s
cultos supersticiosoR: v
"enviaron
á
su padre
~vlartini
cerca
de Alejandro
VIf,
quien
atenido
á la esposicion del jesnita, dec1aró per–
nlitidas esas ceren1onias. En
cuanto
á
concurrir
al
culto de Jos
idólatras chinos, decidió que los
cristia–
nos podinn hallarse presentes eon
una
presenci[t
pu–
ran1onte
pasiva,
de~pues
de
1_¡11a
protestacion
de
fé,
sin
peligro de
suhversion,
y
si
de
otra n1anora
110
se
pudiesen evitar
los
od1os
y
enemistades."
"Triunfantes se
c ~·cyeron
los jesuitas,
y
velando
enviaron el
decreto
á la
China. En
vano dijeron
lo~
otros
nüsíoneros,
que ol
decreto condenftbt\
á
los
je-