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~<Cerca

de tres años duró

ht

tranquilidad> ha.sta que

~

persuasion del cabildo

y

escitacion del patrono,

se

J'esolvió el .obispo

á

visitar su diócesis,

y

por consi–

guiente las provincias del Paraná

y

1Jruguay, que

esta~

ban sujetas

á

los padres de la cornpañia. Empezó el

úbispo su visita por las misiones que estaban

á.

cargo

de los franciscanos,

y

fué recibido paci:fican1ente

y

re–

~conocido

co1uo lejíti1no prelado por los que entre ellos

~jercian

cura de almas. J..Jos padres de la compañia hi–

.cieron dilijencia para que no pasase á visitar sus cu–

ratos, lo que

era

tocades e

u

el corazon,

y

ofrecieron

veinte

mil

pesos

al

obispo

para

que excusase

la

visita;

y

co1no no quisiese venir en ello, empleando medios

violentos,

y

olvidando sus p:rimeros dictámenes, lene–

garon la jur.isdiccion

y

potestad episcopal,

y

dijeron

_l1ública1nente en los púlpitos, que no estaba consagra–

do, que era intruso, se le podía alzar la obediencia,

y

D(!)

tenia jurisdiccion para visitar las reducciones,"

99. Valiéndose despues de todo su poder los jesui–

tas, movieron,

y

se dice públican1ente que -con treintl¡t

mil

pesos, al gobernador

D.

Gregorio Inestroza,

y

siete de ellos le acompañaron, distinguiéndose el

P.

R<nnero

y

el

P.

Badia, para que prendiese

y

echase

al

obispo de su obispado;

y

acudieron con ochocien–

tos indios ar1.nados de sus nüsiones,

y

para engañados

les dijeron, que el obispo quería entrar

á

sus pueblos

á

quitarles sus lnujeres.

El

gobernador (1Uiere capri–

sionar al obispo;

y

refujiándose este á la iglesia,

y

to–

mando eu sus n1anos el. santísimo sacran1ento, entra

aquel,

y

echa

á

los indios

é

indias que asistían

á

su

pastor."

..

1

OO. "La

audiencia real

y

el metropolitano n1an–

daron .reintegrar al obispo,

y

vino otro gobernador,

D.

Diego de Escobar Osorio, con lo cnal se restituyó

el obispo á su iglesia. Pero los jesuitas indujeron al

cabildo eclesiástico

a

que negase la obediencia

á

su

prelado,

y

se formó cisma, pasándose parte ele los pre–

bendados al colejio de-la con1pañia, atrajeron á sus

intereses al gobernador,

y

titularon intruso al obispo,

á

pesar de la general aceptacion

y

r everencia de los

feligreses

á

su pastor. El obispo se estableció en la

ciudad de Oornentes, que no le servió de asilo, pues

e]

rartido jesu.ítico log ró sacarle del obispado con

pre~

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