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-78-

cion fiel ele los sucesos convence, que ei

P. Tirso

y

los suyos los desfiguraban al estan1parlos para

defen~

derse,

á

estos tocaba retractarse, que no al venerable

obispo, que se apoyaba en hechos públicos, y que do–

culnentados renlitia

á

Roma. ¿A qué viene pues de–

cir el

P.

general, que "no habiendo retractado el obis–

po sus sentimientos

y

calumnias, ni en vida ni en

muerte, no se empeñase el rey de España en

la

bea–

ti:ficacion de Palafox? Venia bien; porque la beatifi""

cacion "redundaría en gran perjuicio del honor de

una

órden tan santa,

cuyo deshonor quedaría corno canoniza–

do." En esto había injenu1dad;

c~1no

quiza no la

ha.~ .

bia en otros puntos del men1o1'ial.

Llamamos aho–

ra la atencion de los lectores. El

P.

Tirso Gonzales,

que con tan 1nalas maneras in1pugnaba al

Sr.

Pelafox,

no lo hacia ocurriendo

á

las anchuras

y

licencia&~

del

probabilísmo:

el

P.

Tirso no era

probabilísta.

¿Qué ha–

ran pues los demas padres que lo

~ean'(

Despues lo

verán nuestros lectores.

96. N

o pudiendo los padres jesuitas negar los

he–

chos referidos, ocurren algunos

á

decir, que el

Sr.

Palafox se retractó con

hum,ildad propia de un

santo,

"confesando que estos ímpetus

y

atdores que antes

habia creído ser de Dios, nacieron de a1nor propio,

orgullo

y

vanidad."

Y

ton1an el fundamento de las

:notas que puso

á

la carta 65. de Sta. Teresa,

Para que se entienda la alusion que en dichas notas

hacia el

Sr.

Palafox, debe· recordarse lo que dejó es–

crito en el cap.

34.

de su

vida interior,

despues de re–

gresado

á

España,

y

prómovido

a

la iglesia de Osma;

sobre lo que se expresa hablando de sí con1o de te¡·ce–

ra perso11a-"No era el .-motivo de aceptar la iglesia

tan puro y tan lirnpio. Y co1no para perderse

1}1

sido

siempre sutU este pecador, hallaba tantas razones es""

pi

rituales de, decencia

y

de conciencia, que lo parecia

r

ó

alnor

propio

y

lo que engañas!] que era pecado ser

humilde. Pero el Señor le dió un rayo de luz,

tro–

el .corazon; con lo cual volvio

á

hablar

de

otra ma–

nera

á

los ministros,

y

con gran gozo se aceptó .

' ~l

~bispado

de

.Osma,:'

~~te

pasaje tiene

e~

mismo

sen..