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daría
con1o
cttnon1zado,
si se
canonízára
A
su
autor~
que tuviese pres·ente S. M. lo que suce-dió en tiempo
de su augusto padre, que desaprobó la conducta tur•
bulenta de este obispo, haciéndole venir
á
España
contta su vo]nntad,
y
reprendiéndole despues, por
haber incurrid o en su real
desagrado~
á
causa de ha–
ber impreso
y
esparcido una n1emoria contraria
á
las
1niras del gobierno sobre las inn1unidades· eclesiásti·
cas; y que por todo esto 1nereci::t poco el prelado que
el rey se interesase en su beatificacion, y n1enos lo me..–
recia por el gran perjuicio que resultaría al honor de
la compañia."
rl'alcs eran las razo·nes que alegaba el
P.
general de la cornpañia contra la buena memoria
del obispo Palafox: los lectores dirán, si ellas se han
contenido
dentro de los estrechos límites de la modestia
(1·istiana, de que la co1npañia hacza profesion.
Conside..
remos estas razones
ó
estos argumento&, c11ya so1ucion
dará
á
conocer mas
y
mas
á
los padres de la compañia
de Jesus.
·
-
91.
-J ...
os reverendos padre-s pretendían astntan1ente
hacer buena su cansa, dando por ofendidas
á
las de–
Jnas órdenes, que si a1guna disputa tuvieron con el
Br. Palafox en defensa de sus privilegios, ni fué de
larga duracion, ni se
pm~turbó
entre ellas la caridad,.
ni falta:on á los resP';tos debidos
á
un obispo, ni se
·entrern Li eron, sino cuando los jesuitas co1np1·aron
á
algunos,.pm·a que fnesen sns conservactCtrvs. .
I1a
conducta
del
Sr. Pat. fox no fué turbulenta, co--–
mo di
ce el P. general, ni su carta-tmneraria
y
de es-–
t¡lo in:
fiarna.do,ni habia dcsternplauza en su p1ama
y
.en su cornzon, y mucho menos calun1niaba
á
f!UÍenes·
·no necesitaban calurnnias, para que se dijera
1nal
de
·•Jllos. Si babia calo1· en ]a con1ponicion, era porque
-n1ateria s de esta clase no podjan tratarse
á
sangre fria,
11i
defcncL.rse de rodillas ante sns enenligos la digni–
dad episcopaL Pero el calor,. el celo del obispo andaba
á
la par de su modestia;
y
si referia hechos graves
y
escandalosos, no los inventaba, sino que se 1·eferia
á
la pu:1licidad
y
los documentaba en el proceso< Para–
.hacer resaltar el obispo su justicia, le era preciso po-
nerla en contraste con la injustjcia
y
deseon1postura
de los jesuitas. Escnbia quejándose al romano pontí–
fice,
á
fin de que pusiera rem.edio en defensa
y
pro-