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-70-

.¿Qué Ü11porta que

enseñe

á

los pnJblos,

8l

ro~

cnn ..

tnueve

y

perturba'? ¿Qué in1porta

que sea

útil

á

los pa–

dl'et3 in::;truyendo

ú

sus hijos, si arranca

á

estos dtl

re~

gazo de aquello::;,

y

despues de recibidos los expels

·por

peq

uelie~es'?

¿Qué irn

porta

que

pre8te

seevicios

á.

los gobiernos

1

si con pretexto

dúl

1ninisterio espiri...

tual,

pasa

de

lo espíeitual

á

lo

p.olítico,

de

lo po.lítieo

el

lo

pt·o±~tno,

y

de lo profano

á

lo dañoso, eutrometiéu..

dose en las fctn1ilias

y

gobernándolas?

¿,QL1é

irnporta.

que descuelle entre las relijiones,

si

de

vari.o:3

nlOc

dos las

oscurece

y

deprime,

haciendo la apolojía de

rnisn1a'?

¿Que

ilnporta

que

ilustre

á

la

iglesia

con

sus escritos, si la

infesta

con

su8

opiniones,

si

de~acre

..

dita la sabiduría, haeiendo cisma en

ella,

y

~1

ha teni–

do el

fatal

privilejio de

poner

en duda la

n.üsn1.a

verc

dad'!

Ninguna

otra

l'elij1on

ha

criado tantos tropiezos

en la iglesia, ui llenado de tantas discordias el orbe

cristiano. Orden siugular, qne no

ret~tenece cntet·a~

1nente al clero ni

a

lo~

regn

lares

J

que

C01110

ninguna, .

oculta

sus constituciones

y

privilejioH, teniéndolos re-

8et·vados como en misterio.

Si

lo desconocido

se

re–

puta

por grande, tan1bien es

sospechoso,

principal–

mente en la

iglesia."

87. Si la pitlabra

y

autoridad ele tan venerable obis–

po

es

reputada por pttrcial

á

los ojos

de

los jesuitas

y

de sus ±autores,

le

po.ndra.ü

á

eubierto de

la

increduli–

dad

y

nudquerencia de

sus

enemigos,

y

le

re~;onlen­

darán

ante

las personas sensatas

e

inlparciales,

la

re ~

put.acion

y

celebridad

de su nornbre apóstolico,

y

la

publieiclad

de

los hecho8,

y

los docuruentos renliti-

. dos

á

Roma,

y

la favorable acojida que

allí

tuvieron

~ns

cartas,

y

el pronto

y

buen despacho do la causa;

lo que por si

~oto

era una recon1endacion de ésta,

y

rle la

persona

que

con tanto celo

y

cordura

dcfendLt

los derechos de su dignidad. Muchos de

los

cardena–

les

y

prelados que habian entendido en el asunto, de–

cían al

encargado del

Sr.

Palafox, lu.tblando de la úl–

tilna

carta.,

que "era un papel de los

n1as

bien escri–

t.oB

que habian visto en su

Y

ida." El

fmno so canonista

~P1·óspero

Fagnano tenia empeño en

hacerr:ela

leer

puc:i\

se

halla,ba

ciego;

y

con1o

le hurtáran la cópia, supli –

ai apoderado

del obispo que le diese

otra,

porque

llO

podía esü\>'

siu

la_

carta.. , .lVIiéntras tanto¡ loel1ttdre -.