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tenia
cédulas
de S. 11:. para la
ef.1pulsion de·
los jcsuí..
tas,
siendo asi, que despues de haber dado las razonef3
1)ara
eje~utar
la espulsion, suplica
á
S. M.
que la aprue–
be; documento que fué firn1ado por los n1is1nos que
le oyeron jurar, segun el
P.
Pedraza, que tenia cédu–
las: qno es calun1ni.a inventada por éste, y
n1uy
con–
traria
á
la verdad la asercion de que el obispo exhor–
tase en sus sermones
á
invadir las haciendas de los
jesuitas
y
quen1ar sus chácaras; porque nadie se atre–
vería
á
decir ni hacer tal cosa contra relijiosos,
de
quienes se corria. riesgo de ser perseguidos: que lo
q1~e
se imputa al obispo de recojer finnas en blanco,
es
cabalmente lo que han hecho los jesuitas,
ya
dispo–
niendo
á
unos con agasajos,
ya
oponiéndose
á
]o qne
mostraban otros á favor lel obispo,
ya
haciendo
firrnar–
á
los niños
á
non1bre de sus padres,
y
con título de
pa~
dre maestro
á
un
1nuchacbo que traía el hábito de
Santo D01ningo, y
que
indios firmáran con1o lnaes–
tres
de cmnpo, capitanes
y
otros tltulos supuestos:
que es cosa indigna de un
rel~jioso
de la con1pañia la
calumnia n1anüiesta, de que el obispo 1nandó quen1ar–
la
iglesia ele Santo Dorningo, cuya relijion defendió
sien1pre al señor CárdeuPt,s: qne es falso igu.aln.1ente
lo
que dice el
P.
Pedraza del convento de la
l\1erced~
que el procurador de la c01npañia pone particular cui–
daclo en afectar
y
dar
colo·c
á
la
accion escandalosa
del arcediano, que él lla1na dean, porque con sus colo–
res naturales había de causar horror: que sabiendo el
obispo que el arcediano D. Gabriel Peralta, que
1e
perdiera la obediencia é 1dose al colejio de
la
com–
pañia, babia vuelto
á
su casa, se dirijió
á
ella con ocho
ó
diez clérigos sin ar1na ningnna
á
prenderle: que
el arcediano disparó su escopeta contra; el obi po, y
tnjlagrosamente no le mató la :bala, que yo conservo,.
dice
Jfr.
Juan de San Diego: que al rüido acuclió
mu–
cha gente y
el
gobernador, quien dijo al obispo: vaya–
se
V.
S.
á
su iglesia, que yo le daré preso al arcedai–
no, con cnya palabra se salió el obispo
y
vino
á
su
iglesia: que el arcediano salió por una puerta falsa al
colejio de la co1npañia, con uaa escopeta en las
ma–
nos;
un
alfanje en ]a cinta,
y
se]s padres jesuitas sa–
liet·on
á
su defensa con arn1as de fuego,
y
el
P.
l\1an–
~ui_~no
con dos escopetas, hu sca.ndo
á
quien
dar la,