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zobispo preguntar

á

los de la con1pañia, que licencia¡¡

tenían: preguntados alegaron sus privilejios,

é

instan–

dolos

á

qu-e

.los 1nostrasen, no lo hicieron. Sentidos

los padres nombraron

conse~·vador al1naestre-escue~

Ja, e.nen1igo del arzobispo,

y

acept~

el nombramiento.

Y como el arzobispo n1andase

á

los sacerdotes de la

<Com.palíia, que fuera

de sus iglesias no predicasen,

el

-conservador expidió auto, para que dentro de seis

horas anulase su decreto, so pena de exco1nunion ma–

.yor

y

de cuatro n1il ducados para la santa Cruzada.

El

arzobispo opuso varias escepciones para no reco–

nocer la jur:isdiccion del c0nservador,

y

este le decla–

:ró

inc.uTso en la excotn union.

y

en la 1nulta;

y

mandó

iijar el auto en

]a

ciudad,

y

los '€stramuros, pasando

Jlota al gobernador, para

que

retuviese en las ·caj,as

real es la parte de la renta del arzohispo hasta inte–

grar

.la

multa;

á

lo que s-e prestó el gobornador.

l{e–

currió el arzobispo

á

la audiencia por

'recurso de

jueTza,

.Y

perdió

en

discordia: la audiencia os.taba presidida

por el

goberuad~l\

El arzobispo cedió, protestando

~,nte

el escribano real, el cual fné preso de órden del

~onservador,

quien agravó

las

censuras para

qt'le

el

arzobispo entregase la protesta: este

se

retiró al coll–

vento de san Francisco. Pero

al fin tuvo

que ceder:

hizo

las

declaraciones pedidas,

.Y

la de su obediencia

al

con~ervador,

bacieudo igualn1ente protesta ante

personas de su eonfianza....

~tul

pidió absolucion de

la~

censuras,

y

para que fuese mas

plausil:Jle el

triunfo.

se cometió

la absolacion al P. rector del col(:jio

de

la

con1pañia.. "

.,~,u

vieron nueva cTiscordia el gobernador

y

el arzo–

bispo por 111otivo .de los jesuitas, hasta el estrerno de

decretarse el estrañamiento

del

prelado, que

fué

eje–

~utado

violentan1ente. T-Iubo entredicho solernne, que

observaron los relijiosos l1e otras órdenes, ménos los

jesuitas, que tenían abiertas sus iglesias, decian rnisa,

·predicaban

y

confesaban sin escrúpulo.. ,

110. De propósito on1iti1nos otros sucesos de obis–

poR

perseguidos por losjesuitas; ydejan1os

á

la curio–

sidad de los lectores los relativos

ú

otro arzobispo de

~íanila

D. Fr. Felipe Pardo, al de Bogotá D. Bel'nar–

'lino Alrnansa)

y

al

obispo de

Oajaea,

D.

J

nan Boor

f1l1e~.

rse c¡:;candaií.zaran

11las

de

esta

coudncta de

12