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resp'etaban estas ·circunstancias; pero no hasta impedir
que
~esfigurasen
los sucesos,
y
,acrinünasen
y
aun ri–
diculizasen de cierto modo al señor Palafox. Ivlas en
la persecucioh del señor Cárdenas
Sü
soltaron sin nle–
dida,
al extremo de Íinputarle cosas increíbles, pero
á
11ropósito de ridiculizarle, aun cuando fuera en presen–
·eia
del monarca. Despues han de ver nuestros lecto–
res, que esta licencia se hallaba autorizada por doctri–
nas a1 caso.
·
Mientras tanto no cesemos de preguntar:
¿t~l
mane–
Jo, tal burla, tal calurnnia estaban bion entre gentes
.qu.e hacian profesion de virtud,
y
en grado perfecto?
¿Qué intentaba el P. Pedraza con su con1pañia al con–
tar,
y
no
á
cualquiera, sino al rey de España, que eraa
·del obispo
Cardena~
estas palabras-"al que diga al–
;go contra mi consagracion, le sacaré la lengua por el
colodrillo»-"Desde San Pedro no ha entrado obispo
n1as santo que yo»-"Fulano es un perro n1estizo, bor–
racho
y
le he ele dar docientos azotes,»
y
decir esto
en
ei altar,
á
la mitad del santo sacrificio; ¿qué inten–
taba, preguntamos otra vez, el padre Pedraza con
sa
compañia?
¡,Hacerlo ereer?
¡Irnposible!
¿A
qué
fin
})U
es so dirijía tanta in1.pudencia con tanta puerilidad?
A
ridiculizar al obispo para hacer menospreciable su
·causa;
y
para que se tuviera en poco
á
un hombre, de
·quien tales ·cosas podian decirse, aun cuando fuera,ca–
lumniosamente. Repitámoslo:
no
merecen los padres
jesuitas, que los defiendan hombres sensatos
.é
im.par–
.Cia~les..
109.
"El gobernador de Filipinas D. Sebastian IIar–
tado de C01·cuera se hallaba mal con el a1"Zohispo Don
Fernando Guerrero;
y
teniendo aquel una pretension.
.exajerada, quiso el arzobispo consultar el punto con
los prelados de las órdenes,
y
los suj-etos mas doctos
del .clero. Escusóse
á
concurrir el rector de la compa–
ñia, que era el pa.dre
I~uis
Pedraza, por causas que no
-parecieron justas al arzobispo: la co1npañia era orácu–
lo del gobernador.»
'Tarnbien "loR padres. jesuitas predicaban
y
confosa–
l)an sin licencia del ordinario;
y
se resolvió nnánüne–
tnellte en una de las juntas, que era obligacion del ar-