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de 1nandar las vacas. Hechos que no pueden negar. e,
y
que si los dos prüneros no impedían que los indios
h11biesen buscado asilo entre los jesuitas por temor
á
11
los portugueses, el, tercero no p Llede numerarse entre
los medios evangélicos de propagarse la fé; no era
persuasion ni pre dicacion apostólicas.
Añadía el señor Funes-"viviendo estos indios ba...
jo el dulce imperio de la bene,:ficencia, ¿qué cosa hay
mas consiguiente, como el que la persuasion hiciese
v
sus efectos?" Así es, hablando en general,
y
así era. ,
en mucha parte respecto de los jesuitas y sus indios
en el Paraguay; pero no era todo así, y ademas se
tra~
ta de ciertos y determinados casos. La conducta de
los curas j esuitas en los puebles que lla1naron des–
pues de San
J
oaquin y San Estanislao, ,merece otros
non1bres, que por inculpables é inocentes que se su–
pongan, y en verdad lo fueran, eran medios t empora–
les que
ocultaban
cuidadosamente los padres j esuitas,
co1no no correspondientes
á
sacerdotes misioneros,
ó
que rebajaban como el P. JYias, cuando no podían
ocultarlos. Po1· lo demas, saben yá nuestros lectores,
cuales y cuantos eran1os beneficios de los padresjesui–
tasá losindiosdelParaguay. Dejen decir al señor Fu–
nes-"jalnás voluntad
~alguna
fué 1nas bien obligada
que la de estos indios por estos doctrineros" ___._"Nin–
guna de estas poblaciones sacudió
el
yugo despues de
haberlo reeibido; convencimiento claro de que se ha–
llaba bien uncido con las indisolubles ataduras del
convencimiento y del amor." ¡Ay! Tambien el per–
ro, leal compañero del hon1bre que lo mantiene y cui–
da, no sacude el yugo; está bien uncido por el amor:
los defensores de los j esuitas le añaden al pobre indio
su convencimiento.
¿~'ormaban
hombres los jesuitas?
.No, sino n1ansos y humildes corderos, sin 1nancha si
se quiere, pero corderos.
Cuando el señor Azara decia-"no habia leyes ci–
viles ni criminales en estos pueblos: la única regla·
era la ·voluntad de los jesuitas," ¿qué contestaba el
señor Funes?-"El gobierno de está República mas
tenia de una teocrácia, donde la conciencia hace ve-