Previous Page  298 / 408 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 298 / 408 Next Page
Page Background

291-

las bellas letras

á

la juventud y la forman en piedarl

cristiana.

El

restablecimiento de esta sociedad serA

considei·ado por los ·pueblos sujetos á tu Majestad

como uno de los preciosos beneficios, que incesante–

monte les procura tu sábia prevision, asegurará la

gloria de tu nombre, y será para tí un mérito' con

Dios. Te exhortamos

á

que ejecutes lo mas pronto

posible proyecto tán útil y relijioso; y A fin de que

-empieces tu empresa bajo buenos auspicios, te damos

nuestra bendicion apostólica.

(322)

416. ¿Qué

hay en este breve, escrito por Pio VII

IL

Fernando VII? Un elojio sotenido de la compañja,

sin dar razones, aunque se mencione la pa.labrajustac

Tazones.

Quien hablaba en la bula de restauracion de

los votos unánimes de casi todo cluniterso cristiano,

habla

.ahora de esperanzas, ó de qne

l~s

justas razones

le hi–

.cieron creer, que los fieles aplaudirían su proyecto;

y

la no–

ticia de que

lo aprobaba

su querido hjjo Fernando, fué

para el Pontífice como una

nuet'a

que le colmó de

alegria. ]Jace memoria Q.e la aprobacion

y

confirma–

cion de la compañia,

y

guarda profundo silencio so–

bre lo demas, como si nada hubiera sucedido en con–

tra,

y

su bula

solicitudo,

no fuera mas que una nueva

confirmacion de las muchas que esos padres tenían

cuidado de alcanzar. En el instante del restableci–

miento de la compañia hace vale.r el Pontífice la

lar–

ga esperiencia de su vida evanJélica,

de su celo por la re–

ligion,

y

otras virtudes; todo lo cual referido á la

é.po–

ca anterior

á

la estincidn, es un mentís irreflexivo al

breve de Clemente XIV.

Esparcían el aroma de la doc–

trina de

J.

C.

decia Pío VII, sin recordar las opinio–

nes rle padres jesuitas, que fueran condenadas por ro–

manos pontí-fices, y otras que aunque no condenadas

por ellos determinadamente, lo han sido por la doctri–

na cristiana,

y

hasta por el buen sentido. .Tales hom–

bres no merecían que se dijese de ellos,

y

mucho me–

nos, que' lo dijese un

Papa-esparcieron el aToma de la

doctrina de

J.

C.

Pio VII hablaba quizá de la cspe–

riencia larga de los jesuitas en su obispado de Imola;

pero no de la compañia cual so presenta en 1a histo-