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súplicas de obispos
y
de las persorias distinguidas,
pabJ
bras cuyo sentido es muy vulgar y conocido en épo–
cas revolucionarias, en que cada partido alega alter–
nativamente á favor suyo lo3 snfrajios ele personas
distinguidas, respetables, y h!:Lsta la opinion pública.
Clemente XIV, oía tambien los votos de príncipes, de
obispos, y de varones muy distinguidos; y no po.r ,eSQ
accedía; n1editaba antes, para tomar resolucion des–
pues. Su inn1ediato sucesor Pio VI reprueba alta–
mente la calumniosa temeridad del que osará decir,
~~le
el Pontífi_ce aprobaba la
exist~ncia ~1e
la compa–
nla mi
la Rusm Blanca.; y lo clesJn1ente
a
la faz G_e los
príncipes,
protestelndo de
la
manera mas solemne, queja–
mas
habia pensado, ni pensaría jarnas en hacer el meno1·
detrimento al breve de abolicion de su glorio
predecesor
Clemente.
PioVII no ptocedió ele esta manera, sino que
sin resistencia ·se prestó gustoso
:í
las indicaciones del
1nonarca de Rusia, y despues del ele Nápoles, verifi–
cando así la calumnia que desmintiera Pío VI, dán–
dole una vergonzosa realidad,
y
olvidancl~
la desobe–
djehcia de los jesuitas en esa y otras partes. Y luego,
aprovechando en
1814
la oportunidad que le presen–
taba el triunfo de la pretendida
legitimidad
sobre la re–
volucion, ejecuta lo que
ardientemente desedta desde
el
p1·incipio de su pont?ficado,
y
restab~ece
para todo el
mundo la compañia .... ..... La contrarevolucion in-
cluía el sumario de las razones de la bula......... ¡Cuán-
to espacio de tiempo, cuántos pontíficet; entre Cierne–
te XIV y Pio VII!
Digan los lectores imparciales, si esta conducta de
Pío VII, no es ]a, rcprobaciou _de la observada por
Clemente XIV,
y
hasta por Pío VI;
y
si no es dar
por infundados sin
e~raminarlos,
los 1notivos alega–
dos para estinguir la compañia,
ó
en otros términos
si no. es dar por
parciale~
y
enemígos
á
los reyes, poi'
lijeros
á
los obispos, por calumniadores
á
doctos
y
sensatos personajes; por injustos
á
todos; y en couse–
ct1encia, por buena é inocente
á
la compañia, por san–
ta y fiel ,servidora ele la Iglesia, do la Santa Sede, y
por útil ·auxiliadora de los reyes
y
de los obispos, por