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el principjo del¡-¡, s¡-¡,biclnría,
y
par¡-¡, instruirla on Jo re·
Iati.voá las doctrinas
y
ciencias, prin cipalmente en los
colejios
y
escuelas públicas;
y
de que corresponclieil·
do de buena ga
na, por el deber de su cargo, á los pia–
dc,sos deseos de
t.auilustre Príncipe, que solo nüraba
]a n1ayor gloria
de Dios
y
la sa]vacion de las alma,s,
habia estondido sus letras para
el
reino de las dos Si–
cilias en 30 de Julio de 1804.
Despues de este preámbulo se espresa Pio
'lii,
de
esta n1anera-"Los votos unánimes de casi todo el
universo
~ristiano
por el restablecimiento de la Com–
pañia de
J
esus, nos traen continuamente súplicas vi–
vas
é
instantes de nuestros venerables hermanos 1os .
arzobispos y obispos, y de las personas
1~1;s
distin–
guid as ele .todas clases, especialmente descTe que 1a
fama ha llevado por t odas partes la abundancia de
frutos, que produ cifi esta sociedad eu las rejioncs que
ocupaba. La rnisma disporsion de las piedras del san–
tuario,
y
la dcstruccion <le la disciplina de las órde- '
nes regulares, gloria
y
ornmncnto de ]a relijion
y
Jel
estado, cuyo
rest~blccimi ento
es el objeto de nues–
tros pensanüentos
y
cuidados contünws, exUen que
demos nuestro asentimiento
á
deseos ta.n unánimes
y
justos. Nos crcel'ian1os .culpabl es delante de Dios de
nna gravísima fálta, si en nledio de ]as mj entes nece–
sidades que sufren los negocios públicos, descuidase–
mos el proporcional' los sa.luclabl c.· auxilios que Dios
por su singulfir providencia, puso en nuestras manos;
y
si colocados en ]a navecilla do Pech·o aj itada in–
cesantmnente, no ad1nitiésenws
á
los pilotos robustos
y
esperi1nentados que se nos ofrecen para romper la
fuerza de las olas, que amenazan continuamente se–
pultarnos en un inevitable naufrajio."
"Por tan fuertes razones hen1os resuelto ejecutar, ]o
que ardientemente cleseabamos desde el principio de
nuestro pontificado. Despnos de implorado el divino
auxilio con ferviente s precos,
y
r e nlidos los sufrajios
y
consejos de varios de nuestros venerables hermanos
los
cardena.le~,
de cierta ciencia.
y
en virtud de la ple–
nit
nd del poder apostólico, ordenamos
y
establec-e~