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28-b-

el prin

cipjo del¡-¡, s¡-¡,biclnría,

y

par¡-¡, instruirla on Jo re·

Iati.vo

á las doctrinas

y

ciencias, prin cipalmente en los

colejio

s

y

escuelas públicas;

y

de que corresponclieil·

do de buena ga

na, p

or el deber de su cargo, á los pia–

dc,sos deseos de

t.au

ilustre Príncipe, que solo nüraba

]a n1ayor gloria

de D

ios

y

la sa]vacion de las alma,s,

habia estondido sus letras para

el

reino de las dos Si–

cilias en 30 de Julio de 1804.

Despues de este preámbulo se espresa Pio

'lii,

de

esta n1anera-"Los votos unánimes de casi todo el

universo

~ristiano

por el restablecimiento de la Com–

pañia de

J

esus, nos traen continuamente súplicas vi–

vas

é

instantes de nuestros venerables hermanos 1os .

arzobispos y obispos, y de las personas

1~1;s

distin–

guid as ele .todas clases, especialmente descTe que 1a

fama ha llevado por t odas partes la abundancia de

frutos, que produ cifi esta sociedad eu las rejioncs que

ocupaba. La rnisma disporsion de las piedras del san–

tuario,

y

la dcstruccion <le la disciplina de las órde- '

nes regulares, gloria

y

ornmncnto de ]a relijion

y

Jel

estado, cuyo

rest~blccimi ento

es el objeto de nues–

tros pensanüentos

y

cuidados contünws, exUen que

demos nuestro asentimiento

á

deseos ta.n unánimes

y

justos. Nos crcel'ian1os .culpabl es delante de Dios de

nna gravísima fálta, si en nledio de ]as mj entes nece–

sidades que sufren los negocios públicos, descuidase–

mos el proporcional' los sa.luclabl c.· auxilios que Dios

por su singulfir providencia, puso en nuestras manos;

y

si colocados en ]a navecilla do Pech·o aj itada in–

cesantmnente, no ad1nitiésenws

á

los pilotos robustos

y

esperi1nentados que se nos ofrecen para romper la

fuerza de las olas, que amenazan continuamente se–

pultarnos en un inevitable naufrajio."

"Por tan fuertes razones hen1os resuelto ejecutar, ]o

que ardientemente cleseabamos desde el principio de

nuestro pontificado. Despnos de implorado el divino

auxilio con ferviente s precos,

y

r e nlidos los sufrajios

y

consejos de varios de nuestros venerables hermanos

los

cardena.le~

,

de cierta ciencia.

y

en virtud de la ple–

nit

nd del pod

er apostólico, ordenamos

y

establec-e~