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suitas al colejio inglés, donde ftlé colmado de señales

de distincion. El

Pap~t

clió órden á su tesorero de

n1andar hacer, á espensas de

la

cámara apostólica, há–

bitos de sacerdotes seculares para todos los jesuitas

que est

uviesen on

Roma. Entonces debían dejar sus

casas, á

escepci.on

de los viejos

y

ele los enfermos, que

fueron tratados con la n1ayor caridad: el Papa mismo

manifestó un cuidado verdaderamente paternal. En–

vió directan1ente á sus nuncios una copia del breve,

para que lo presentasen á los príncipes respectivos;

verificado lo cual, informó

á

los embajadores de la

medida tomada, acompañando un ejemplar impreso

~el

breve; de lo que humillados los embajadores

l)Or

tal acto de independencia, casi se dieron por ofendi–

dos.>>

[310]

Fácil es concebir la satisfaccion que recibirían los

príncipes de la casa de Borbon

y

de Portugal por el

breve de Clemente

XIV.

"La

emperatriz Maria Te–

resa significaba á Carlos III, que sin embargo de.. su

estimacion á los jesuitas por su celo y buena concluc–

ta en sus estados, no opondría obstáculo ninguno á.su

supresion, si el Santo Padre la hallaba justa, conve–

niente y útil á la union de la iglesia, aunque sin con–

cederle el derecho de disponer de los bienes de la com–

pañia; cláusula que no admitiria nmica, por conside:

rarse con derecho

á

solicitar, que se la tratára como

á

España

y

Francia."

(311)

Decretada por autoridad

competente,

y

reconocida por los mismos padres igna–

cianos la estincion de la compañia, naturalmente se

pone el corazon al lado de los desgraciados para s-en–

tir con ellos, mas no para justificarlos y reconocerles

derecho á seguir existiendo en orden re]ijiosa. Esta

era causa aparte, la causa de la justicia y convenien–

cia del procedimiento pontificio, que era muy diferen–

te ele la situacion de dolor

a

que tuvieron que llegar

en fuerza de los acontecimientos. No era cruel, pia–

doso era y muy católico Carlos, cuando los

estrañó~de

sus vastas posesiones por razones fuertes; y m.u

y

cató–

lico

y

piadoso era el Papa Qlemente XIV, cuando en

conciencia y por m.otivosjustos estinguió la compañia.